La calle entre las dos puertas de la muralla es la más antigua de Monforte
13 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Nos remontamos al siglo XIII, año de 1298. Un documento con esa fecha señala que «Sancha Rodríguez de la rúa Falagueira dona a Andreu Iohannes y a su mujer Teresa Oares el casarello de la carnicería». La carnicería pública de la villa monfortina identificó a la calle del mismo nombre, inmediata a la puerta de la muralla conocida hoy -sin ningún fundamento histórico- como de la Alcazaba, y en siglos pasados denominada puerta de la Cerca, de la Pescadería o de la Carnicería. Las calles Falagueira y de la Carnicería tenían, por tanto, vecinos e inmuebles documentados hace más de setecientos años.
Seguramente algunas otras vías monfortinas medievales como la Rúa Vella, Ferreiros o Ferrería, Rúa Nova, Açouge, Cereijás, Remberde, Carude, Peña, Cisqueiros, Pelambres, Salagar, Arrabal, Pescaderías, calle de la Puerta Nueva, San Lázaro, calle de Santa María, Abeledos o Fabeiro también existían a finales del siglo XIII. Pero si nos remitimos a los documentos históricos, las primeras citas de vecinos e inmuebles son la Falagueira y la Carnicería.
El casarello que dona la vecina de la Falagueira Sancha Rodríguez estaba cerca de la Falagueira. Si nos guiamos por la forma de denominarla, sería una casa pequeña, antigua y en mal estado de conservación. En el siglo XVI, en diversos documentos hemos visto que esta puerta de la muralla era considerada la principal de la villa. «Foro que hizo fray Benito de Subira a Jerónimo Alvarez clérigo y otros tres vidas de la casa y bodega pegada a la puerta principal de la villa frontero a la Carnicería, linde de la calleja», recoge un arrendamiento de esa época.
Durante el medievo se hablaba de Carnicería de Abajo y Carnicería de Arriba, lo que se debe más a la pendiente del terreno que a que hubiese dos calles diferenciadas. El nombre le venía por encontrarse en el lugar la carnicería pública de la villa. Durante los siglos posteriores a los medievales, esta denominación va perdiendo protagonismo. Sin embargo, el matadero donde se sacrificaban las reses para su posterior venta al público se mantuvo en este lugar. Todavía a finales del siglo XIX y primeros del XX seguían los tablajeros trabajando en la zona, pero ya en la antigua casa del ayuntamiento, una vez que queda libre de sus funciones de sede municipal allá por la década de los treinta del siglo XIX.
«También acordó la Corporación que todos los tablajeros que degüellen las reses para las expendedurías en sus casos lo verifiquen a lo adelante en la casa vieja del ayuntamiento sita en la calle de La Cruz de esta población a fin de evitar perjuicios a la salubridad pública y que los expendedores de carne lo efectúen en la carnicería pública de la calle de las Pescaderías», detalla un documento municipal de esa época.
En el año 1900, previo al cambio de ubicación de la Carnicería, el matadero municipal estaba en uno de los edificios más antiguos de la población, el antiguo ayuntamiento ubicado en la calle Falagueira. Eran once los matarifes que acudían regularmente. A pesar de esa actividad, amenazaba inminente ruina. Las paredes se agrietaban en diversos puntos y en el desván nada se podía guardar por el mal estado del piso. No existía embaldosado y la sangre de los animales se filtraba a la tierra a pesar del cuidado de los matarifes por recogerla en jofainas. Especialmente en verano, era un foco de posibles infecciones y epidemias. Por si fuera poco, no siempre disponían de agua suficiente
Demolición por ruina
En febrero de 1901 se inauguró, en las inmediaciones del puente viejo, el mercado, que albergaría las carnicerías y pescaderías públicas hasta la apertura a finales de los años veinte de la Plaza de Abastos. En el año 1904, se daba cuenta del acta de subasta y remate de la contrata de las obras para la construcción de un matadero público. El inmueble del antiguo ayuntamiento de la calle Falagueira, luego Carnicería pública, fue demolido a comienzos de los años treinta del siglo pasado por orden municipal, dado el estado de ruina en el que se encontraba.
Si la calle de la Carnicería perdió su papel en el callejero oficial local hace siglos, no ocurre lo mismo con la Falagueira, que sigue presidiendo con su nombre la vía monfortina que comunica la puerta de Pescaderías con la puerta de Zapaterías. En alguna ocasión hemos leído en la documentación histórica estudiada la alusión a la rúa Salagar. Esta denominación podría referirse al salazón, elemento imprescindible para la conservación de carnes y pescados. En el siglo XVI, y en los dos siglos siguientes, se citaba como plaza de la Sal a la antigua plaza del Açouge.
La puerta de la Alcazaba estuvo a punto de ser derribada hace un siglo
La puerta de Pescaderías o Carnicerías -ahora llamada de la Alcazaba- y sus anexos, una de las partes del complejo fortificado medieval de mayor importancia e interés, estuvieron a punto de ser derribados a comienzos del siglo pasado. «Se han verificado desprendimientos de moles de piedra del peñón en el que se apoya la calle que sube a Santo Domingo a San Vicente del Pino cayendo sobre el respaldo de la iglesia cuyo peligro había ya anunciado en el mes de julio último y reclaman se adopten medidas», señalaba por aquel entonces un documento municipal. «El torreón de la antigua muralla y arco contiguo a ella -proseguía el escrito- amenaza ruina por lo que es preciso su demolición para evitar desgracias».
La Falagueira, por otra parte, había perdido oficialmente su nombre original a comienzos del siglo XVI, pasando a conocerse como calle de La Cruz. Hasta la década de los ochenta del siglo pasado, no recuperó en el callejero municipal su denominación primitiva. En ocasiones hemos leído que dicho cambio pudo haberse debido a que en ella se establecieran familias judías, que contarían incluso con su pequeña sinagoga.
Tras la expulsión del año 1492, como ocurrió en otras poblaciones, a las calles donde habitara se las rotula con el nombre del símbolo más emblemático del cristianismo. No parece, sin embargo, que la presencia judía en esa calle fuese tan relevante como para propiciar ese cambio de denominación, al menos si nos atenemos a la documentación existente.
Antiguos callejones
Muchos de los callejones que existían alguno de los callejones que existían ya entonces en el entorno de la Falagueira perduran en la actualidad. Es el caso del que la comunica con la Zapatería o del que desde la Porta Nova iba al antiguo palacio condal y monasterio de San Vicente do Pino, senda que actualmente da acceso a los depósitos de agua. También formaría parte del tránsito diario de aquella época el camino que conecta el postigo de Os Chaos con la Falagueira.
La fisonomía de esta parte del conjunto monumental experimentó cambios significativos con el paso del tiempo y esas modificaciones trajeron consigo también la desaparición de antiguas denominaciones como las que hacían referencia a las plazas de las Ollas, del Calderón, Ourianes o Oreanes, o de las Tullas.