La ordenanza que iba a regularlo está descartada y los puestos no abrirán de nuevo
06 dic 2021 . Actualizado a las 18:47 h.De finales del 2014, durante la etapa del anterior equipo de gobierno, data el primer compromiso municipal sobre la elaboración de una ordenanza destinada a regular el tipo de ventas permitidas en el mercadillo dominical del Parque dos Condes. Un año después, ya con José Tomé en la alcaldía, los concejales de la oposición eran informados en una junta de portavoces de la existencia de un primer documento de trabajo que iba a estar en condiciones de ser debatido inicialmente por el pleno en pocos meses. Pese a aquel anuncio, nada más se supo de la ordenanza y el mercadillo permanece cerrado desde el inicio de la pandemia. De las últimas manifestaciones del alcalde sobre esta cuestión se desprende que la clausura tiene carácter definitivo.
El portavoz del BNG, Emilio Sánchez, volvió a interesarse por esta cuestión en uno de los últimos plenos. Sánchez preguntó si el mercadillo «vaise regular» o si, por el contrario, «deuse por pechado». Tomé echó mano para responderle de un argumento que ya había expuesto en anteriores ocasiones al ser interpelado sobre esta cuestión. Sin entrar en los detalles, dijo que existe un plan urbanístico sin ejecutar «con outro uso para esa zona» que condiciona la instalación de los puestos de los vendedores ambulantes. Sin embargo, en su repuesta fue mucho más explícito que otras veces en lo relativo a la ordenanza. Según aclaró, «non está previsto» elaborarla.
La puesta al día de varias ordenanzas municipales en los últimos plenos — mantenimiento de fachadas, servicio de taxis— dio pie al BNG a preguntar por el estado en que se encuentra la redacción de la que, al menos en teoría, iba a poner orden en el mercadillo de los domingos. «Non sería moi lóxico aprobar algo nun espazo destinado a outra cousa», argumentó Tomé. El uso diferente que se iba a dar a ese lateral de la zona verde sigue sin ser aclarado, pero en la practica la renuncia a la elaboración de un reglamento implica que los puestos de venta no volverán a instalarse en el Parque dos Condes.
Desde la suspensión del mercadillo por la pandemia, el alcalde había incidido en un mismo argumento en todas las ocasiones en las que la oposición se interesó por la reapertura. La cuestión de fondo era que no se podía abrir de nuevo el mercadillo sin antes disponer de una ordenanza que regulase su actividad. En la práctica, renunciar a tramitarla supone la puntilla para lo que nació como un rastrillo de segunda mano y derivó con el tiempo en una réplica de la venta ambulante habitual en el campo de la feria, aunque en este caso sin pago de tasas ni regulación administrativa alguna.
Un aliciente más
«Máis aló de que puidese estar mellor ou peor, non deixaba de ser un aliciente para as mañás dos domingos. Mercados hainos en moitos sitios, o que faría falta é regulalo», señala el portavoz del BNG, Emilio Sánchez. Desde su punto de vista, la venta de productos alimentación y la presencia de otros puestos ajenos al espíritu original del rastrillo «xa ten o seu sitio na feira». El mercadillo del Parque dos Condes debería recuperar, a su juicio, el enfoque con que echó a andar. «Daríalle vida ao pobo e hai xente que se fixo nel cuns cartos que necesitou nun momento dado», apunta Sánchez.
Los orígenes del mercadillo del Parque dos Condes hay que buscarlos en el que organizó el anterior equipo de gobierno a comienzos del 2011. El Ayuntamiento puso en marcha entonces un rastrillo de objetos de segunda mano y productos ecológicos en la plaza de España. Pretendía implantar en el casco histórico de Monforte un modelo de gran arraigo en muchas ciudades europeas, pero la experiencia no acabó de cuajar en su primer emplazamiento.
Las casetas de madera seguían ocupando la plaza cuando no había mercadillo y ocultaban los escaparates de los negocios instalados en ella. La humedad comenzó a deteriorar los tablones de contrachapado y en el verano del 2011 se decidió trasladar el rastrillo al Parque dos Condes, previo permiso de Patrimonio para la instalación de la pérgola que hasta no hace mucho protegía parte de los puestos.
Un inglés que retomó su afición por competir en el tiro con arco gracias al rastrillo
El inglés afincado en Pantón Lee Ramsdale, con cinco subcampeonatos de España de tiro con arco en su haber, desveló en un reportaje publicado en La Voz que se decidió a retomar la afición que tenía por esta práctica deportiva en su país de origen después de adquirir un arco de segunda mano en el rastrillo del Parque dos Condes. A esa filosofía respondía el mercadillo cuando se trasladó a esa ubicación desde la plaza de España. Los puestos se instalaron por vez primera en el lugar que ocupaban hasta el inicio de la pandemia el domingo 5 de agosto del 2001. El mercado del coleccionismo de Monforte era oficialmente su carta de presentación, pero pronto derivaría en un cajón de sastre donde las antigüedades y los artículos de segunda mano eran solo una pequeña parte de la oferta.
La oferta de ocio en las mañanas de los domingos en Monforte no es muy amplia y el mercadillo atrajo desde un primer momento un importante número de visitas. Vendedores de ropa y de productos de alimentación fueron ampliando el ámbito inicial del rastrillo, que en un primer momento se circunscribía a la pérgola lateral del Parque dos Condes. La regulación de la Xunta sobre la venta ambulante de comestibles complicaría a la postre la situación de un mercado ya de por sí estaba cogido con pinzas.
Un último intento
La mejora de la situación sanitaria facilitó en septiembre del 2020 la vuelta a la actividad en los puestos del recinto ferial de As Lamas. No sucedió lo mismo con el mercadillo dominical del Parque dos Condes, cuyos vendedores se habían reunido poco antes con el alcalde para pedir que se avanzase en la elaboración de un reglamento que permitiese su reapertura.