Los veinte obstáculos del río Lor

Carlos Cortés
CArlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

En el Ayuntamiento de Folgoso consideran las represas del Lor como parte del patrimonio local
En el Ayuntamiento de Folgoso consideran las represas del Lor como parte del patrimonio local ALBERTO LÓPEZ

Nueve de las represas de este río se salvarán de la piqueta por su valor patrimonial

17 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El tramo de mayor interés natural del río Lor está interrumpido por veinte obstáculos. Son casi todos represas de diferentes clases y épocas construidas para aprovechar el agua del río para regar los prados próximos. El Ministerio de Transición Ecológica se propone retirar buena parte de estos obstáculos, dentro de un plan general de mejora de la denominada continuidad fluvial en las reservas naturales fluviales. Las alegaciones presentadas por el Ayuntamiento de Folgoso han servido para salvar algunas de estas represas, en principio sentenciadas por los técnicos. El proyecto final trata de hacer que congenien el interés patrimonial de estas construcciones con la defensa del ecosistema del río. Las obras están ya en marcha.

En la Confederación Hidrográfica Miño-Sil explican que es preciso recuperar la continuidad de los cauces fluviales para garantizar «la movilidad necesaria para la supervivencia de las comunidades piscícolas y la movilidad de sedimentos y semillas de vegetación de ribera, disminuyendo la vulnerabilidad del sistema, incrementando la variabilidad genética y mejorando su capacidad de adaptación frente al cambio climático». En el Ayuntamiento no discutían este planteamiento, pero pedían que se tuviese en cuenta también que las represas del Lor «conforman a memoria colectiva do territorio do Courel» y que la técnica de construcción sin argamasa con la que fueron levantadas en su día, la conocida como piedra seca, forma parte de la lista del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad desde el 2018.

Una vez revisadas las alegaciones del Ayuntamiento, la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil sigue adelante con el proyecto y mantiene sus planes de eliminar obstáculos, pero derribará menos de los que había previsto inicialmente. Los técnicos que se encargaron de elaborar el proyecto registraron veinte obstáculos en el tramo alto del río, el que está especialmente protegido por su especial valor ecológico. Su primera propuesta pasaba por eliminar por completo cuatro de esos obstáculos y parcialmente otros nueve (en los que se conservarían los tramos de piedra y se suprimirían los reforzados o reconstruidos con hormigón). Los siete restantes se salvarían porque estaban cerca del nacimiento del río o porque su altura es mínima y en realidad no fragmentan la continuidad fluvial.

Una vez revisados los argumentos del Ayuntamiento, otros dos azudes que inicialmente iban a ser parcialmente derribados se van a quedar como están. El recuento final es el siguiente: de los 20 obstáculos existentes en el tramo alto del Lor van a ser retirados 11, uno se va a hacer permeable mediante la instalación de una rampa y los otros 8 seguirán como hasta ahora.

La lista completa: un tubo y 19 azudes

El inventario efectuado por los especialistas de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil sobre los obstáculos transversales que interrumpen la continuidad fluvial en el tramo alto del Lor incluye los siguientes elementos.

Un paso entubado. En una carretera bajo la que pasa el río en su zona más alta, cerca del lugar de Zanfoga, en Pedrafita do Cebreiro. No será eliminado porque sería caro y está demasiado cerca del nacimiento como para estar justificada tal inversión.

Azudes en el Lor. Son 14 y la supresión de 6 de ellos quedó descartada ya en el primer informe. Dos están hechos en piedra y se encuentran muy arriba, cerca de la cabecera; otros tres de piedra son bajos y permiten el paso de peces: otro es de piedra con refuerzo de hormigón, pero tiene un rebaje central que permite un fácil remonte y además tiene un valor patrimonial especial porque está vinculado al edificio de la Ferrería Nova. Un séptimo se salvará finalmente en su integridad porque es el de más envergadura y el que está en mejor estado de todos, supone «un ejemplo de construcción tradicional con piedra» y quizás «en un futuro se pueda recuperar su uso para riego». Está en estudio la construcción en él de una rampa para peces.

Azudes en el río Pequeno. Iban a suprimirse los cuatro, pero finalmente se conservará uno porque en la confederación hidrográfica valoran que está cerca del puente de Seoane, un elemento patrimonial protegido y de un salto en el terreno que ya supone un obstáculo natural para el paso de fauna piscícola; y porque extraía agua al mismo tiempo por las dos orillas.

Un azud en el Rego da Brancha. De hormigón. Será suprimido.