Cabanelas, el Lemos en los genes

luis conde MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

El monfortino estuvo ocho temporadas en el equipo con el que estuvo cerca de la Segunda B

13 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

No es muy habitual que un futbolista permanezca en un club muchas temporadas, aunque hay excepciones. Una de ellas la protagonizó José María Rodríguez Vázquez «Cabanelas», que vistió la camiseta del Club Lemos durante ocho temporadas. Después de Roberto González, el defensa monfortino fue el segundo que más años jugó en el equipo.

Para cumplir su sueño tuvo que esperar hasta los 25 años, pero mereció la pena. A Cabanelas, la sangre lemista le corría por las venas, y es que antes pasaron por el club su padre, José Edelmiro, y su tío, Pepín. Ambos dejaron su impronta en el equipo, Y, como recuerda el exfutbolista, «na miña casa só se falaba de fútbol, e particularmente do Lemos».

La pasión por el fútbol le llegó a Cabanelas de pequeño, y lo practicaba en los barrios. «Xogabamos no campo do Baldomero, no que poñíamos pedras como porterías, e alí disputabamos partidos intensos, que se vivían con moita rivalidade», recuerda.

Él formó parte de varios equipos, pero recuerda con cariño el de su barrio, compuesto por jóvenes de la calle Ricardo Quiroga y de San Vicente. Los enfrentamientos ante Os Chaos y La Peña eran los más esperados.

Cabanelas no perdía de vista al Lemos. Todos los domingos acudía con su padre a presenciar los partidos de aquella potente Tercera. «Daquela ser do Lemos era unha relixión. Eu e o resto dos rapaces esperabamos na porta para colarnos e as veces saltabamos a parede. O caso era pasar sen pagar. Era un privilexio ver xogar a futbolistas como Rey Tapias, Quico, Lastras, Miudo, Miguel e Tucho de la Torre. No estadio congregábanse ata 4.000 afeccionados», dice.

Aunque lo veía como una utopía, Cabanelas se imaginaba poder saltar al Luis Bodegas algún día y defender el escudo de uno de los clubes históricos de Galicia. Fue testigo como aficionado del descenso del CD Lugo en Monforte ante el Lemos. «Eran derbis tremendos, e daquela o Lemos era o equipo máis importante da provincia», indica.

Su llegada al Calasancio

Con 12 años fichó por el Calasancio, entidad en la que estuvo seis temporadas. Su equipo jugaba los partidos en el campo de tierra, pero la ilusión de todos era competir en el de hierba, algo prohibitivo, salvo para el equipo juvenil. «Aquel terreo era intocable, e para que non o pisaramos alí estaba o Padre Perfecto cunha variña. Se saltabamos alí dábanos con ela», afirma.

En el Calasancio coincidió con futbolistas de la talla de Roberto, Rojo, Mantecón, Poti, Servando, Menduíña, Rómulo y Pablito. Con el equipo juvenil disputó una final del campeonato gallego.

Sus actuaciones no pasaron desapercibidas para el presidente de la SD Sarriana, Antonio Peña. Este monfortino lo reclutó para su equipo, y en As Ínsuas hizo carrera. Fueron seis temporadas -todas en Preferente-. «Adquirín experiencia e moitos conceptos futbolísticos, dándome a coñecer no fútbol galego. Sarria foi a miña segunda casa, porque alí traballéi durante 41 anos», recuerda.

Fichaje por el Club Lemos

Tras su paso por la Sarriana llegó un momento clave. El CD Lugo lo llamó para realizar unas pruebas, que se prolongaron durante veinte días. Convenció a los técnicos de la capital, pero prefirió el Lemos. «Como o Lugo tamén xogaba na Terceira, xa non o pensei e viñen para o Lemos, que era o meu gran soño dende cativo», comenta.

Cabanelas reconoce que su padre no influyó en su decisión. «Nunca influíu nas miñas decisións. Sempre me apoiou en todo e me animou. As críticas que me facía eran constructivas», indica.

El exfutbolista lamenta no haber podido verlo jugar. Cuando nació en 1959, su padre ya se había retirado. Su progenitor tampoco pudo verlo a él triunfar en el Lemos. «Non puido ser, porque a enfermidade que tivo impediullo», asegura emocionado.

Cabanelas se prodigó como central y como lateral, siguiendo así la senda de su padre. En sus ocho temporadas como lemista destaca la influencia que tuvieron en su carrera los entrenadores, Pallín, Biesca y Joel Castro. «Marcáronme moito», dice.

Estuvo siete temporadas en Tercera y una en Preferente con el Lemos. Recuerda especialmente la temporada 87-88. «Aí estivemos a piques de ascender a Segunda B. Rematamos terceiros detrás do Ferrol e do Cambados», comenta.

Aquel final de campaña vino marcado por el decisivo choque que disputaron a domicilio ante el Cambados. Era una aunténtica final, que decidía al equipo que iba a ascender. A ese partido se desplazaron cuatro autocares con aficionados monfortinos. «Ao final do encontro, nos vestiarios vimos algunha navalla e golpes, polo que tivemos que saír correndo. Durante os días previos, tamén se falou do ofrecemento de diñeiro a Manolo e Poldo para que se deixaran perder», recuerda.

Una generación de oro

Cabanelas coincidió en el Lemos con jugadores de la talla de Fraga, Pardo, Roberto y Nemesio, entre otros. Con 33 años acabó en el Lemos, al que tuvo que volver unos meses después para salvar a equipo del descenso. Luego, se fue al Brollón, donde actuó de jugador y técnico.

Cabanelas era un defensa elegante y rápido, y destacaba por su salto de cabeza. «Era a milla mellor cualidade. Saltaba ata medio metro, e por iso sempre ía ao remate de faltas ou córners. Era expeditivo e non me complicaba a vida», afirma.

A la pregunta de si tenía idilio con el gol, responde: «Máis que marcalos, o meu era evitalos». El monfortino agradece al fútbol haberle aportado amistades, madurar como persona y como jugador, y permitirle mantenerse bien físicamente. «Foi un orgullo e unha honra defender o escudo do Lemos», asegura.

Le gustaría que el Lemos volviera a tener protagonismo. «Daquela os rapaces de Monforte tiñan ilusión por xogar no Lemos, pero agora teñen outros intereses, e falta compromiso», indica.

A la hora de definir a su padre, Cabanelas dice: «Sempre foi un exemplo a seguir e o meu gran referente, igual que o meu tío, Pepín».