Parón histórico en la industria del calzado de Monforte

Carlos Cortés
carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Actividad en la fábrica de Calzados Losal tras la declaración del estado de alarma
Actividad en la fábrica de Calzados Losal tras la declaración del estado de alarma CEDIDA

Las dos fábricas locales miran al futuro con incertidumbre

01 abr 2020 . Actualizado a las 17:49 h.

Las dos fábricas de calzado de Monforte están paradas a causa de la crisis del coronavirus. Una de ellas vende bota de seguridad, así que podría reabrir si recibe algún encargo de emergencia, pero por el momento la actividad en el sector está completamente paralizada. Estas dos empresas emplean en conjunto a medio centenar de personas. Son las únicas que quedan de un sector que hace décadas tenía un peso muy importante en la economía local.

Curtidos Galaicos (Curgal) y Calzados Losal son las únicas empresas de la antaño fuerte industria del calzado del Monforte que lograron adaptarse a los cambios en el mercado y encontrar su propio nicho. Las dos fabrican calzado, pero el mercado en el que están enfocadas es muy distinto.

Curtidos Galaicos, que tiene 37 personas en plantilla, fabrica bota de seguridad y equipa a diferentes cuerpos de emergencia. Suyas son las botas que los soldados de la unidad militar de emergencias (UME) llevan estos días en sus intervenciones para desinfectar instalaciones sanitarias o asistenciales. Cabría suponer que en vista de que una parte importante de los encargos le vienen de administraciones públicas, esta empresa estaría en mejor posición para superar esta crisis, pero no es así. «Todos los concursos de la administración se han paralizado», asegura José Ángel Reñones, copropietario de la empresa.

Parado por dos días

Reñones pone como ejemplo el concurso que tenía en marcha la Junta de Castilla y León para la compra de botas con las que equipar a los integrantes de sus brigadas contraincendios forestales. El plazo para presentar ofertas terminaba el 16 de marzo, pero dos días antes entró en vigor el estado de alerta y el concurso quedó en suspenso. «Y no es solo ese concurso, es que desde entonces no ha aparecido ningún otro en ningún otro boletín oficial», afirma Reñones.

Las botas que visten estos días los soldados de la UME que desinfectan lugares públicos están fabricadas por Curtidos Galaicos
Las botas que visten estos días los soldados de la UME que desinfectan lugares públicos están fabricadas por Curtidos Galaicos CARLOS CORTÉS

Curtidos Galaicos echó el cierre el día 24. La empresa tiene en vigor desde hace meses un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que reduce su actividad al 50%. Es una herramienta que utilizan desde hace tiempo y que les permite adaptarse a los encargos que reciben. Como no hay pedidos suficientes como para mantener la producción los doce meses del año, paran cuando no tienen contratos y se activan cuando llegan. La empresa ha decidido acumular horas de parón mientras dure la crisis. Si llega algún encargo normal estos días, tendrá que esperar a que se levante el estado de alerta. Si se tratase de algún contrato especial para servicios de emergencias vinculado a la lucha contra el coronavirus, entonces sí podrían reabrir para hacerle frente al pedido.

En la dirección de Curtidos Galaicos no se atreven a apostar cómo reaccionará el mercado de la bota de seguridad una vez que pase la fase aguda de esta crisis. «Es una situación de absoluta incertidumbre», admite José Ángel Reñones.

Quinientos zapatos a China

El mercado de Calzados Losal es muy distinto. Ellos fabrican calzado de vestir y dependen más de cómo vaya la venta en el comercio al detalle. La primera semana tras la declaración del estado de alerta decidieron cerrar tanto la tienda, en la que trabajan dos personas, como la fábrica, que tiene dieciocho trabajadores en plantilla. Pero la segunda semana decidieron reabrir la fábrica, aunque con medidas de seguridad para evitar contagios. «Ningún cliente nos había cancelado pedidos», cuenta Gonzalo Losal, uno de los directivos. Losal exporta a diferentes países del mundo, también a China. Y de China era el único pedido que tenían parado antes de que en España empezase oficialmente la emergencia sanitaria. Son quinientos pares de zapatos que están pendientes de que el mercado del país en el que empezó el coronavirus se vuelva a abrir definitivamente. En aquel momento seguían haciendo envíos a diferentes países europeos. También a Madrid, donde tienen tiendas que son clientes y que habían cerrado pero mantenían la venta a través de Internet.

Losal espera aguantar sin ERTE

A pesar del cierre total del comercio en España y en buena parte de Europa, el tipo de calzado que fabrica Losal está menos sujeto a los vaivenes de los cambios de temporada. La mayor parte de los zapatos que ya estaban en tienda este invierno se van a vender más o menos igual si la reapertura llega antes de que termine la primavera. «Nosotros -explica Gonzalo Losal- estábamos trabajando en pedidos, reposiciones... en una situación como esta es una ventaja no estar demasiado metidos en moda», explica.

En cualquier caso, la fábrica de Losal cerró este lunes, cuando se endureció el estado de alerta. En la tienda aplicaron un ERTE el 14 de abril, pero en la fábrica esperan no tener que hacerlo. «Si solo dura quince días -dice Gonzalo Losal-, podemos aguantar».