Augas Mestas, el gafe de la Ribeira Sacra

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Vista del complejo turístico de Augas Mestas, próximo al viaducto de la N-120
Vista del complejo turístico de Augas Mestas, próximo al viaducto de la N-120 ALBERTO LOPEZ

La Diputación intenta rescatar la concesión tras otro intento fallido de abrir el área turística inaugurada en 1996

13 ene 2020 . Actualizado a las 17:10 h.

Mejor sitio, imposible. Augas Mestas es el punto de entrada a los iconos paisajísticos del sur lucense. Ya lo era en cierto modo en 1996, cuando los visitantes llegaban con cuentagotas y la Diputación apostó por un complejo turístico a orillas del Sil en este paraje del municipio de Quiroga próximo a la N-120. Desde entonces, la zona no hizo más que revalorizarse. Augasmestas es ahora el límite norte del paisaje cultural de la Ribeira Sacra -candidata a Patrimonio de la Humanidad- y la antesala del geoparque de la Unesco Montañas do Courel. La suerte de estas instalaciones, sin embargo, no corre pareja al reconocimiento del valor de su entorno.

En sus casi veinticuatro años de existencia, el complejo turístico de Augas Mestas solo funcionó de forma esporádica y en reducidos períodos de tiempo. Tras su cierre en el 2006, las instalaciones sufrieron frecuentes expolios. Desaparecieron gradualmente muebles, electrodomésticos e incluso el cableado eléctrico. Tras una serie de arreglos en los que la Diputación lucense gastó unos 200.000 euros, en mayo del 2015 la gestión de las instalaciones fue adjudicada a Turgalia. La concesión sigue sin llevarse a la práctica y el asunto podría acabar en los tribunales.

Las causas del desencuentro entre la Diputación y Turgalia difieren según la fuente que aporte su versión. Juan Luis Vázquez, gerente de la empresa, sostiene que las exigencias con las que se encontraron para poner en marcha de nuevo el complejo turístico no se corresponden con el pliego de condiciones del concurso. Las bases establecían que los permisos de apertura correrían a cargo del adjudicatario y ahí se originaron los problemas por los que Augas Mestas continúa cerrado a cal y canto.

«El pliego garantizaba que las instalaciones disponían de saneamiento, pero al solicitar los permisos nos encontramos con que la depuración no sirve. Ni siquiera hay fosa séptica», explica el portavoz de la empresa. Turgalia, que también gestiona el albergue de Quiroga, se niega a pagar la depuradora y no descarta «acabar en los tribunales». Por el momento, le fue incautado el aval de 11.000 euros que depositó tras obtener la concesión.

Ni siquiera está firmado

El pasado mes de mayo se abrió un expediente de caducidad de la concesión aprobada en el 2015. Como todo lo que rodea al complejo de Augas Mestas, la resolución del concurso no está exenta de paradojas. Existe una adjudicación de la junta de gobierno, pero nunca se llegó a formalizar la firma del contrato. La Diputación cree que la empresa incumplió sus obligaciones y allana el terreno para otro concurso, aunque la responsable del área de Turismo se muestra cauta. «Imos solucionalo todo da forma máis rápida e mellor posible», afirma Pilar García Porto.

«Próximamente abriremos nuestras puertas», dice sobre el alojamiento de Augas Mestas la web de Turgalia. El gerente de la empresa es más realista. «Tal y como está, esto no va abrir ni a corto ni a medio plazo», señala Juan Luis Vázquez. Antes de que Turgalia obtuviese la concesión, hubo un concurso que quedó desierto y un proyecto fallido de la Confederación Galega de Persoas con Discapacidade para convertir el complejo turístico en residencia vacacional adaptada.

Augasmestas dispone de restaurante, piscina, bungalós, casas de piedra amuebladas y veinte plazas de autocaravanas con todos los servicios. El cámping fue pionero en el sur de Lugo. Aun hoy solo funciona uno en Folgoso do Courel y hay otro proyectado en Ribas de Sil. En el complejo turístico también tuvo su base un catamarán que recorría el Sil entre las escarpadas viñas de Vilachá de Salvadur y el espectacular meandro de A Cubela. En la Diputación discutían hace doce años si estaba en condiciones de navegar.