Los desbroces rescatan tramos de muralla hasta ahora intransitables

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

CARLOS RUEDA

El camino en el que remata la Rúa do Burato conserva una antigua entrada a la fortaleza

08 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Los desbroces están en marcha desde hace días en el entorno de la antigua muralla medieval de Monforte. La limpieza de la vegetación acumulada al pie del monumento se retomó el pasado verano, después de un paréntesis de once años en los que creció a sus anchas. En esta ocasión, la retirada de la maleza se amplía a alguna parcela próxima a la fortaleza en la que no se había llevado a cabo hasta la fecha. Los trabajos finalizaron en el Campo da Virxe y ahora se llevan a cabo en el tramo final de la Rúa do Burato, donde el Ayuntamiento posee parte de los terrenos que flanquean la Torre do Arco.

La parcela situada en el lateral del torreón más próximo al camino que asciende hasta la Rúa Falagueira es desde hace tiempo de propiedad municipal. Los terrenos de la Rúa do Burato situados al otro lado de la torre son particulares, pero no se descarta que pueda obtenerse una cesión. La finca quedó en manos de varios herederos que deben asumir periódicamente la limpieza de un terreno para el que no cabe ningún tipo de aprovechamiento urbanístico.

Precedente en Santo Domingo

El gobierno local valoró en más de una oportunidad la posibilidad de plantear a la Xunta de Galicia la recuperación de algún nuevo tramo de la muralla que circunda el conjunto monumental. Las dudas surgían, según fuentes municipales, a la hora de decidir «por onde empezar». La disponibilidad de terrenos en el entorno de la Torre do Arco abriría la posibilidad de gestionar con la administración autonómica una intervención similar a la que se desarrolló en el 2008 en la Torre de Santo Domingo.

La Rúa do Burato discurre entre la desaparecida Porta do Cárcere Vello y la Torre do Arco, cuya entrada se sitúa frente al conjunto de viviendas rehabilitadas de la Falagueira, cerca ya de la Porta Nova. La calle deja de serlo a los pocos metros de su comienzo para convertirse en un sendero que discurre paralelo a uno de los tramos menos conocidos de la antigua fortaleza. La razón de ese desconocimiento es sencilla: la interrupción de los desbroces en el 2006 propició que la maleza cerrase el camino.

Hasta el pasado verano, resultaba prácticamente imposible completar el recorrido por la Rúa do Burato. No solo estaba invadido por las zarzas. También lo tapaban las ramas de las higueras que proliferan en las fincas anexas a la muralla, terrenos que en su mayoría se mantienen todavía en manos de particulares. Algunas edificaciones, actualmente deshabitadas, están construidas sobre los muros de la fortaleza.

En el mismo tramo se conserva un postigo que daba acceso al interior de la muralla. Estaba rematado por un arco que fue sustraído junto con parte de la piedra que flanqueaba la puerta en alguna etapa de su historia reciente. Los desbroces incluyeron este año algunas talas de árboles para mejorar la visibilidad de esa parte de la fortaleza.