Su victoria ante el Outeiro de Rei y la derrota de la SD Chantada en Monterroso permiten el ascenso de los monfortinos
08 abr 2019 . Actualizado a las 17:01 h.Outeiro de Rei, 0: Diego; Valín, Lucas, Yebra, Trigo; Álvaro, Diego, Adri, Jorge; Hospido y Enrique. También jugaron Diego redondo y Jesús
Club Lemos, 1: Arturo Vila; Guiti, Brais Meco, Torres, Varela; Castañer, Armesto, Josito, Ivo; Denis y Borja Castro. También jugaron Hugo, Dafonte, Miguel y Marcos Blanco
Goles: 0-1, min.29, denis
Árbitro: Jorge Carballido Vega
Incidencias: Partido del grupo tercero de la Primera Autonómica que se disputó en el municipal de Outeiro de Rei, que registró una gran entrada, con una nutrida presencia de aficionados monfortinos
El Club Lemos es nuevo equipo del grupo norte de la Preferente Autonómica. El equipo monfortino consiguió el principal objetivo, que no era otro que el ascenso, después de derrotar al Outeiro de Rei por 0-1, con gol olímpico de Denís, y ver como uno de sus oponentes, la SD Chantada, sucubió en Monterroso por 3-1. El Lemos dominó con claridad el partido desde el minuto uno hasta el 95. En la primera mitad fue acreedor a la victoria. De hecho el tanto visitante llegó en el minuto 29. Con el 0-1, los monfortinos siguieron dominando con claridad. Los primeros quince minutos de la segunda parte fueron para los chairegos. Viendo el dominio local, el entrenador del Lemos, Edu Rodríguez, pasó a un 3-5-2, circunstancia que sirvió para que los suyos volvieran a tener el control del choque. Arturo evitó el empate, pero a partir de ahí ya solo hubo un equipo en el terreno de juego, el Lemos. Al finalizar el partido se desbordó la alegría de un equipo, que llevaba dos temporadas buscando el regreso a la Preferente.
El entrenador del Club, Edu Rodríguez, felicitó a sus futbolistas por la victoria. «Conseguimos el principal objetivo. Ya somos equipo de Preferente, y la clave estuvo en el trabajo del día a día del equipo. Estoy muy orgulloso de este grupo», señala Rodríguez.
Sobre el partido, el técnico destaca la superioridad de sus jugadores, que en todo momento controlaron el partido. «Ahora toca celebrarlo hasta que el cuerpo aguante», concluye