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Un recorrido por el patrimonio olvidado de Abeleda

carlos rueda / francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Una parroquia de la Ribeira Sacra ourensana conserva un valioso y poco conocido legado

02 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La parroquia de Santa Tegra de Abeleda, en el municipio de Castro Caldelas, ofrece un especial interés en el conjunto de la Ribeira Sacra por albergar el monasterio de San Paio, que en tiempos fue uno de los centros monásticos más importantes de este territorio y de la provincia ourensana. Pese a su importancia, se halla desde hace mucho tiempo en un estado ruinoso que ha sido denunciado en repetidas ocasiones por colectivos de defensa del patrimonio. Pero la parroquia, que cuenta además con una larga tradición vinícola, posee un legado histórico que comprende otros elementos de gran interés y que merece una visita detallada.

El recorrido empieza en la iglesia parroquial de Santa Tegra. El templo fue construido en el siglo XVIII y en él destaca un arco de medio punto, sobre la puerta principal, decorado con motivos. En su interior conserva tres retablos y una imagen de la Virgen de la Luz, en cuyo honor se celebra el primer domingo de agosto la Festa da Luz, una popular romería en la que se revive la tradicional «danza das cocas».

Antiguas bodegas

Frente la iglesia, de la carretera principal arranca una pista asfaltada que lleva al lugar de O Souto, situado a unos 250 metros de distancia. En este paraje llama la atención un conjunto arquitectónico formado por tres grupos de antiguas bodegas que suman un total de nueve construcciones, todas ellas propiedad de los vecinos de Santa Tegra. La mayor parte de las uvas que cultivaban procedía de las riberas de los río Edo y Sil y los lugares donde tenían las viñas eran conocidos por O Sardiñeiro, O Saviñao, Laixelas, Os Navallos...

El primer grupo de bodegas está a la izquierda, a pocos metros de la carretera, y consta de dos construcciones. El siguiente se halla a unos cincuenta metros del anterior y está formado por tres bodegas. El tercer grupo está formado por cuatro bodegas, a las que se accede a ellas por una pista que arranca a la derecha.

Avanzando por la pista asfaltada unos cien metros, llegamos al núcleo de O Souto, donde hay una vivienda rehabilitada que estuvo dedicada a turismo rural. En su entorno se ven varias sequeiros y bodegas rodeados por un souto de castaños centenarios.

Para seguir el recorrido hay que volver a la altura de la iglesia y unos metros más adelante, torcer a la derecha por una pista asfaltada hacia al monasterio de San Paio. Pero antes haremos una parada en el barrio o lugar de O Regato, a doscientos metros del cruce, donde se halla la Casa do Mojón, una soberbia construcción solariega con escudo de armas en su fachada.

A continuación arranca a la derecha un camino que lleva al monasterio. Antes podemos visitar los barrios de A Touza y O Pacio. Llama la atención la pizarra de la mayoría de las viviendas, procedente de la cantera de las Penas de Matacás. En O Pacio está la casa rectoral, o Casa do Cura, una construcción de considerables dimensiones y en buen estado de conservación.

Hacia el monasterio

Volvemos al núcleo de O Regato y tomanos un camino a la derecha para ir al monasterio de San Paio, que se halla sobre una pequeña loma y a unos 350 metros. Perteneció a la orden de san Agustín y la noticia más antigua sobre su existencia es del año 934.Tras la Desamortización de Mendizábal, los monjes fueron expulsados y la casa de Alba compró todos sus bienes, excepto la iglesia, que pasó a depender del obispado de Ourense. Lo que hoy queda en pie son algunas dependencias datadas entre los siglos XVI y XVIII, y una interesante puerta ojival, del siglo XIV y de estilo gótico. Sobre el tímpano está esculpida una imagen de Pantocrátor y en los laterales del arco, las figuras de san Pedro y san Pablo.

La iglesia es de estilo románico del siglo XII y también se halla en mal estado. Conserva restos de pinturas murales y los capiteles de las columnas, ricamente ornamentados con motivos vegetales y zoomorfos..