¿Se puede salvar el viñedo histórico?

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNANDEZ

Ribeira Sacra tiene alrededor de 3.000 hectáreas en bancales que perdieron los derechos de cultivo

21 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La historia casa mal con las leyes del mercado. Por eso fracasaron, uno tras otro, todos los intentos de reflotar la superficie de viñedo que con el paso del tiempo se quedó sin derechos de cultivo en la Ribeira Sacra. Y no se trata de una cantidad menor. Según el consejo regulador, estarían en esa situación en torno a 3.000 hectáreas. Bancales dedicados hace siglos al cuidado de la vid en los que hoy, paradójicamente, no está permitido poner una triste cepa. Los permisos de nuevas plantaciones que salen con cuentagotas de la administración son para lugares con menos historia, pero de orografía más atractiva para las inversiones de las bodegas. «A foto da viticultura heroica hai que mantela, pero costa», dice el presidente del consejo regulador, José Manuel Rodríguez.

Doade es una de las riberas en las que se mantiene esa foto que da prestigio a los vinos. Frente a ella, orientada al norte, está la ladera de Santa Marta. Allí los castaños invaden los bancales que sujetaron las hileras de cepas hace solo medio siglo. Como consecuencia del calentamiento global, de haberse mantenido esos viñedos serían seguramente los más cotizados de toda la zona. «Para vinos blancos y el estilo de tintos frescos que triunfan ahora, tiene mejores condiciones que la ladera expuesta al sur», apunta un enólogo.

Bruselas fija el cupo

¿Volverá a ser viñedo algún día la ribera de Santa Marta? La nueva regulación europea no lo pone nada fácil. Desde el año 1998, la Union Europea (UE) trata de estabilizar la superficie de viñedo a través de la organización común del mercado, la conocida OCM del vino. En un contexto de excedentes y de creciente competencia de otros países, Bruselas limita al máximo el cupo de nuevas plantaciones. A los consejos reguladores, el exceso de celo de la UE no les parece del todo mal. «Hai que autorizar novo viñedo en función de que sexa ou non necesario. Un crecemento descontrolado sería prexudicial para o sector», opina José Manuel Rodríguez.

Con motivo de la última revisión del registro vitícola, finalizada en el año 2002, Ribeira Sacra trató de buscar una solución para esas 3.000 hectáreas de viñedo sin derechos de cultivo. La alternativa era pasarlas a una especie de reserva tutelada por la administración autonómica, de la que se echaría mano cuando el crecimiento de la denominación de origen lo aconsejase. Los tiros de la política comunitaria van por otros derroteros, pero José Manuel Rodríguez no arroja la toalla. «Tense falado dunha proposta de exención a nivel europeo daquelas zonas onde a recuperación do viñedo poida ter un valor paisaxístico ou ambiental. Ribeira Sacra, polas súas dimensións, nunca vai distorsionar o mercado. Penso que en Europa vaise ir nesa dirección», apunta José Manuel Rodríguez.

Un vino entre muchos

El problema es que esas zonas en las que el viñedo tiene especial valor paisajístico son también las que entrañan más dificultades de cultivo. De ahí que las grandes bodegas las hayan borrado de la lista a la hora de planificar nuevas plantaciones. Desde la lógica empresarial, esa estrategia no admite discusión. Pero también entraña algún riesgo. «Se abandonamos as viñedos históricos, o noso viño será un máis», opina un bodeguero partidario de una clasificación de zonas más ambiciosa que la actual.

José Manuel Rodríguez llegó a sugerir en el consejo regulador un modelo de clasificación de viñedos inspirado al que puso en práctica el Instituto dos Vinhos do Douro. «Se non hai unha diferenciación de terreos que lle dea algún tipo de valor engadido ao viñedo histórico, ninguén vai investir nel habendo sitios que ofrecen mellores condicións de cultivo», dice el presidente de la denominación de origen. El actual interés por los vinos de finca justificaría que se diese algún paso en esa dirección. Por ahora, sin embargo, a las bodegas les gusta el café para todos.