Los guímaros se alzan contra el muro

eva fernández / F.a. MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

A Pobra do Brollón satirizó en su Feira Medieval las polémicas propuestas del presidente Trump

09 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La Feira Medieval Guímara de A Pobra do Brollón se celebró durante todo el día de ayer en un ambiente muy animado. Se trataba de la cuarta edición de una fiesta medieval que recrea el enfrentamiento histórico entre los habitantes de A Pobra, o guímaros, y los soldados del conde de Lemos.

De esta manera, numerosos vecinos acudieron al lugar de la celebración caracterizados con las vestimentas de trabajo típicas de la época medieval. Muchos también portaban herramientas hechas de madera, similares a las que utilizaron los guímaros para luchar contra las tropas del conde de Lemos. Los menos, llevaban traje de soldado feudal; una muestra quizá del orgullo que sienten los habitantes de A Pobra por su pasado guímaro.

Así, los asistentes a la feria son cada año más numerosos y se mostraron muy entusiasmados e implicados en las actividades. Algunas vecinas de A Pobra declaraban que les gustaría vivir todos los años la experiencia de vestirse de época y participar en la batalla. Añadían, entre risas, que «mentres nós esteamos aquí, isto vaise celebrar», y señalaban a la veintena de niños que participaban en la representación como su «relevo generacional».

Los eventos programados comenzaron a las doce del mediodía, con algo de retraso respecto a lo planeado inicialmente. El encargado de abrir los actos fue el alcalde, José Luis Maceda. El regidor pronunció un breve discurso en el que destacó la importancia de traer al presente los valores de la revuelta guímara, como la rebeldía y el honor, para subir la autoestima de los vecinos de A Pobra.

Maceda dio paso, entonces, al pregón de la fiesta, pronunciado por el profesor y estudioso de la historia guímara José Morillo. Este, en su intervención, se reivindicó como «un guímaro máis» e hizo un agradecimiento a todas aquellas personas que mantuvieron vivo el recuerdo de la revuelta guímara a través de historias transmitidas durante múltiples generaciones.

Pocos minutos después de que Morillo finalizase su pregón, comenzó la recreación del enfrentamiento entre guímaros y soldados del conde de Lemos. Se inició con una disputa verbal entre el jefe de los aldeanos y el conde. Este advirtió a los guímaros de que los obligaría a construír y pagar un muro que separase A Pobra de la Terra de Lemos, haciendo referencia al presente y a las políticas del polémico presidente de Estados Unidos, Donald Trump. La discusión terminó con la representación de la batalla entre ambos bandos. En ella, al contrario que en la revuelta real, los guímaros lograron expulsar al conde de Lemos y a sus tropas de sus tierras.

Pero los festejos no terminaron ahí. Acto seguido, se realizó una exhibición de cetrería y el grupo de gaitas Ervedo amenizó la mañana hasta que dio comienzo la comida popular de «carneiro ao espeto». Asimismo, durante todo el día varios artesanos hicieron una muestra de oficios tradicionales.