«A un de Monforte non lle podes dicir que non»

Carlos Cortés
carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

roi fernández

El director de cine Dani de la Torre leyó ante cientos de personas el pregón inaugural de las fiestas

18 ago 2016 . Actualizado a las 13:44 h.

Era la primera vez que Dani de la Torre volvía a Monforte después de que su primer largometraje consiguiese dos premios técnicos en la ceremonia de Los Goya. Caminaba por la calle Cardenal cuando un señor se dirigió a él: «Felicidades polo Goya que gañaches». El director de El Desconocido se sintió obligado a contestarle que en realidad esos premios no eran exactamente para él sino más bien para sus compañeros de rodaje, pero a su vecino le dio igual. «Para nós gañaches, e punto». Al máximo responsable del mayor taquillazo del cine español en el 2015 aquello le alegró el día y también lo emocionó. Como se emocionó ayer en un par de ocasiones, cuando recordaba esa y otras anécdotas monfortinas en su discurso como pregonero de las fiestas de agosto.

Dani de la Torre lleva meses en una nube. En el 2003 grababa artesanalmente y en un fin de semana su primer corto, Minas. Tuvieron que pasar once años, cuatro cortos más, una miniserie, unos cuantos anuncios y otros tantos videoclips para que le confiasen la dirección de un largometraje. Y reventó las taquillas. Cuando ayer el alcalde José Tomé lo presentó ante los cientos de personas que habían acudido a ver el pregón en el Campo de San Antonio, desveló que ya trabaja en dos películas más. Y le ofreció Monforte como set de rodaje.

Ironía y cine

El cine le sirvió a Dani de la Torre como hilo conductor de un pregón lleno de ironía. El cineasta se preguntó si su afición al thriller no empezaría en el mismo momento de su nacimiento hace 41 años en la clínica del doctor Matías, «co cordón umbilical arredor do pescozo». Fue el punto de partida para un repaso a su infancia y adolescencia en el Monforte de los años 80 y 90 que resultaba perfectamente reconocible para cualquiera de su generación. «Fun un neno bastante normal -recordó-, neto de ferroviarios e emigrantes en Suíza, un neno dos que querían mercar todos os Playmóbil do Pleximar, os Air Jordan do Franjo e os Levi’s de Boceto». Un niño normal que se recuerda a sí mismo con 10 u 11 años asombrado en el multitudinario estreno de E.T. en el Teatro Lemos, el desaparecido cine en el que soñaban los chavales de su generación y de las anteriores.

Lo que le pasó al Teatro Lemos

En este punto introdujo el pregonero una queja y una reivindicación. Denunció la demolición del viejo Teatro Lemos, en cuyo solar se levanta ahora un edificio de viviendas, como «unha aberración, unha infamia que non se debería volver repetir». Y reivindicó un final distinto para el edificio de La Fraternal, el único de Monforte en el que todavía se ven las trazas arquitectónicas de las salas cinematográficas clásicas, un «cine moi fermoso que, aínda que está algo deteriorado conserva a beleza dos cines de antes, dos cines que os nosos fillos xa non gozarán, nin verán se non temos a sensibilidade de protexer e coidar o noso patrimonio».

Tras emocionarse al recordar a su familia, los que siguen ahí y los que ya no están -como sus abuelos Manuel, Encarna y Ramón y su tío Ignacio-, Dani de la Torre reivindicó el orgullo de sentirse de Monforte incluso para los que como él han tenido que ganarse la vida fuera. Un orgullo como el que sintió cuando en el último festival de cine de Venecia veía a Luís Tosar contestar en una entrevista a la pregunta de por qué había aceptado trabajar con él. «Mirou para min serio con esa mirada que marca -recordó-, e contestou: Dani é de Monforte e a un de Monforte non se lle pode dicir que non».

El primer cohete

Mientras el público aplaudía el pregón, desde un lateral de la plaza se disparaba el cohete que daba por empezadas las fiestas. Minutos después, se ponía en marcha en toda la ciudad el alumbrado especial que seguirá encendido hasta el próximo martes.