Admiten la querella de los animalistas contra el dueño de la granja de Axulfe

Francisco Albo
francisco albo CHANTADA / LA VOZ

LEMOS

roi fernández

Lo acusan un delito de maltrato animal y otro contra el medio ambiente

17 jun 2016 . Actualizado a las 07:58 h.

El juzgado de primera instancia e instrucción de Chantada admitió a trámite una querella criminal presentada por tres asociaciones animalistas contra el propietario de la granja de la localidad de Axulfe, en la parroquia de San Pedro de Viana, donde el pasado abril se descubrieron los restos de 39 vacas muertas. La iniciativa fue promovida por las organizaciones Santuario Gaia Camprodon -radicada en Gerona-, Santuario Pro Vegan -de Tarragona- y Wings of Heart Sanctuary, de Madrid, que acusan al ganadero de delito continuado de maltrato animal y de otro contra los recursos naturales y el medio ambiente.

El auto judicial que admite la querella, sin embargo, rechaza la adopción de las medidas cautelares contra el ganadero que fueron solicitadas por las asociaciones demandantes, que pidieron que se le prohibiese poseer cualquier clase de animal. El escrito emitido por el juzgado señala que esta prohibición no se trataría de una medida cautelar «sino de una pena» y que por lo tanto no puede imponerse en este momento.

En cambio, el juzgado decidió llevar a cabo varias diligencias de investigación sobre el caso que fueron propuestas igualmente por las asociaciones querellantes. De esta forma, llamará a testificar al jefe de los servicios veterinarios de la Consellería de Medio Rural de la zona de Monforte y de otro veterinario. Por otra parte, pedirá a la la oficina agraria comarcal que entregue toda la documentación disponible relacionada con la explotación bovina y en todo caso de todas las actuaciones practicadas en relación con ella desde el pasado diciembre.

Informe del Seprona

Además, el juzgado solicitará al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) que informe «sobre el posible efecto ambiental que hubiera podido causar la presencia de los cuerpos de las vacas muertas en estado de descomposición». La resolución no es firme y contra ella puede interponerse un recurso de reforma.

La asociaciones presentaron la querella inmediatamente después de que se diesen a conocer los hechos. Lo hicieron a la que vez que se ofrecían a hacerse cargo de forma gratuita de las veinticuatro vacas supervivientes de la granja. No lo consiguieron, ya que el propietario de la explotación decidió sacrificarlas en varios mataderos una vez que los técnicos de Medio Rural certificaron que por su mal estado ya eran probablemente irrecuperables para la producción de leche. Uno de estos mataderos fue el de Monforte, donde los animalistas organizaron una manifestación de protesta a primera hora de la mañana del 22 de abril.

El propietario de la explotación ya fue llamado a declarar al juzgado a finales de abril

El propietario de la granja de Axulfe ya fue llamado a declarar al juzgado de Chantada a finales de abril, después de que -a raíz de que fuese denunciado por el Seprona, que inmovilizó la explotación- se abriese una investigación que tuvo en cuenta la posibilidad de que hubiese cometido un delito de maltrato animal. Los agentes que investigaron la granja calificaron su estado de «lamentable» y comprobaron que los depósitos de forroja vegetal estaban vacíos, así como el silo de pienso, y que en el recinto no había almacenada ninguna hierba seca.

Según los registos oficiales de la Consellería de Medio Rural, la explotación albergaba 63 vacas. Cuando intervino el Seprona, muchas de ellas se encontraban ya en estado de descomposición. Por el diferente grado de putrefacción de los cadáveres se dedujo que unas reses murieron mucho antes que las otras. Las veinticuatro vacas que seguían con vida presentaban síntomas patentes de desnutrición y heridas que se debían al parecer a la falta de cuidados.

Pese a la oferta de hacerse cargo de las reses supervivientes y a sus protestas -que tuvieron un amplio eco en las redes sociales-, los grupos animalistas no consigueron evitar su sacrificio. A pesar de la muerte de numerosas reses y el estado desnutrición de las restantes, el propietario seguía siendo el responsable legal de la explotación y por tanto tenía potestad para tomar una decisión de este tipo, para la que contó con permisos legales.