«Saía o fume de dentro das paredes»

Carlos Cortés
Carlos Cortés CHANTADA

LEMOS

ROI FERNANDEZ

Tres chantadinos salvan su casa al despertarse de noche cuando empezaba un incendio

16 dic 2015 . Actualizado a las 22:03 h.

Una fisura en una cocina de leña estuvo a punto de provocar un grave incendio ayer de madrugada en Chantada. La familia que vive en la casa ya temía que hubiese algún problema con la cocina, así que estaban alerta y reaccionaron antes de que la situación fuese incontrolable. El fuego provocó escasos daños, pero vecinos y bomberos tuvieron que practicar boquetes en suelos y paredes para enfriar la combustión y acabar así con el riesgo de que se extendiese. 

El suceso se produjo en una casa de Vilameá, una aldea de la parroquia de San Vicente de Argozón, en la que viven un matrimonio y su hija mayor de edad. Durante la tarde de ayer ya les había alarmado la cantidad de humo que salía de la cocina, pero a las cinco y cuarto de la mañana decidieron dar la voz de alarma. La casa se había llenado de humo, a pesar de que la cocina estaba apagada. «O fume saía polas fendas das paredes», explicaba por la mañana Herminia Areán Diéguez.

Su marido, su hijo y ella decidieron entonces avisar al resto del pueblo. Mientras uno de los vecinos llamaba por teléfono a los bomberos, el resto se presentaron en la casa y se pusieron a buscar el origen de la humareda. Para lograrlo levantaron parte del suelo de la cocina y de otras estancias de la casa y fueron echando agua por los boquetes a la espera de que llegase ayuda.

Cuando los bomberos se presentaron en la aldea procedentes del parque contraincendios de Chantada, los vecinos ya habían logrado reducir la cantidad de humo que se filtraba dentro de la casa por las rendijas del suelo y las paredes. Los bomberos comprobaron que el origen del humo era la combustión de una viga de madera junto a la que pasa la salida de humo de la cocina. La tubería estaba picada en un recodo y desprendía calor por el agujero. La viga era gruesa y de una madera muy compacta, lo que hizo que ardiese muy lentamente e impidió que el fuego no se propagase a otros elementos más fácilmente combustibles del interior de la casa. 

Para enfriar el tiro de la cocina, los bomberos emplearon agua, aunque no en grandes cantidades. Dieron por terminado su trabajo a las siete y media de la mañana, más de dos horas después de que se produjese la alarma.