Bóveda se libra de la cianobacteria

Carlos Cortés
carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Las manchas que se ven en el Miño junto al pueblo de Belesar presentan un llamativo color verdoso
Las manchas que se ven en el Miño junto al pueblo de Belesar presentan un llamativo color verdoso ROI FERNÁNDEZ

El municipio estrenará estos días su nueva traída de aguas

26 oct 2021 . Actualizado a las 19:32 h.

En cuestión de unos pocos días, las cerca de setecientas viviendas de Bóveda que están conectadas a la traída municipal empezarán a consumir agua del río Viloira en vez del embalse de Vilasouto. La novedad no pasaría de ser una cuestión técnica de no ser porque el embalse que acumula agua del Mao para alimentar el regadío Val de Lemos -y de paso el sistema de agua de Bóveda- lleva años sufriendo plagas de cianobacterias.

Nadie sabe cuánto tiempo llevan ahí estos microorganismos, pero el primer episodio de contaminación ocurrió en la primavera del 2010. No duró demasiado y apenas trascendió más allá de los pueblos situados más cerca del embalse, cuyos vecinos vieron sorprendidos cómo se formaba en las orillas una capa rojiza y de aspecto viscoso. En el 2011, fue mucho peor y los ayuntamientos de Bóveda y O Incio se vieron obligados a tomar precauciones.

Dos cortes generales

Tres años después, las aldeas ribereñas de O Incio ya no consumen agua del embalse y Bóveda ha pasado por dos cortes generales en el suministro por miedo a la contaminación. El último, a finales del verano pasado, duró casi un mes. No hay constancia de que nadie haya sufrido problemas médicos por esta causa, pero la proliferación de cianobacterias en Vilasouto sí tienen un coste económico para el Ayuntamiento de Bóveda, que lleva tres años haciendo análisis de agua semanales. A finales del 2013, la factura a pagar a los laboratorios que las realizaban sumaba 14.262 euros.

Mucho menos, en todo caso, que la inversión necesaria para que el sistema de suministro de agua del municipio deje de depender del embalse. Las obras que están a punto de terminar forman parte de un proyecto cuyo coste está valorado en un millón de euros. El Ayuntamiento pidió ayuda a la Xunta para hacer las obras en el 2011, cuando se produjo el primer episodio grave de contaminación. En mayo del 2013, la Consellería de Medio Ambiente sacaba el proyecto a licitación, pero el concurso no se resolvería hasta enero de este año. Bajas temerarias en algunas de las diecisiete ofertas presentadas por las empresas interesadas prolongaron el procedimiento mucho más de lo que esperaba el Ayuntamiento.

Las obras empezaban finalmente a mediados de marzo. En el Ayuntamiento esperan que esta semana se puedan hacer las primeras pruebas y se estrene la tubería que llevará a las casas de Bóveda el agua del río Viloira, lejos de Vilasouto y de las cianobacterias.