Las obras que han motivado el vaciado parcial de los dos embalses del Sil se encuadran en el proyecto de ampliación de la presa de San Pedro, que Iberdrola puso en marcha hace alrededor de un año. El proyecto, que tiene un plazo de ejecución de tres años, consiste en la construcción de una nueva planta, denominada San Pedro II, que añadirá una potencia de veinticinco megavatios a las instalaciones originales -con una capacidad de producción de 32 mevagatios- y tendrá una estructura semisubterránea. La empresa invertirá en esta actuación un total de 52 millones de euros.
Los responsables de Iberdrola señalan que la ampliación de la presa de San Pedro tiene una relación directa con la que se ejecutó hace unos años en la de Santo Estevo, situada cauce arriba. «La planta hidroeléctrica de San Pedro actúa como contraembalse de Santo Estevo, modulando el caudal del río Sil, por lo que una vez que se había ampliado la segunda, era necesario ampliar también la primera», explican.
Las importantes obras de ampliación realizadas en la presa de Santo Estevo causaron hace cuatro años serios problemas a los responsables de los negocios turísticos de la zona, ya que obligaron a vaciar el embalse a un 30% de su capacidad y a interrumpir durante cinco meses los recorridos en catamarán por el cañón del Sil. El cierre de las rutas fluviales concidió con la temporada de verano, por lo que afectó considerablemente a la afluencia de visitantes. Las alternativas que estudió en su momento la Diputación para paliar esta caída -como la puesta en marcha de una serie de actividades de turismo de aventura- no llegaron a cuajar. Durante todo ese tiempo, el club náutico de Doade permaneció completamente inactivo.