Adán usaba a las meretrices para circular a 240 por hora

José Fernández LUGO / LA VOZ

LEMOS

Cuando los radares lo «cazaban» hacía constar que conducían empleadas de sus clubes de alterne

03 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Uno de los principales cabecillas de la operación Carioca, el presunto proxeneta José Manuel García Adán, tenía recursos para casi todo. Y si fallaba, los buscaba entre su numerosa agenda de contactos. A lo largo de la investigación se llegó a saber que supuestamente utilizó a algunas de las meretrices de sus clubes para no perder puntos del carné de conducir. Eso le permitía ir a Madrid a 240, o más, en los vehículos de potente cilindrada que manejaba.

Es sabido que no pagó multas que le impuso la Policía Local y que los expedientes, curiosamente, se mojaron. Lo que todavía parece no concretado es si se escaqueó de pagar las que tramitaba la Dirección General de Tráfico.

Adán iba con mucha frecuencia a Madrid. Generalmente, lo hacía acompañado de alguna mujer y, en ocasiones, de dos. También en varias ocasiones llevó a su hija menor para que pudiera disfrutar en algún parque de atracciones.

Pagaba carnés

En alguno de esos desplazamientos parece que fue más pasado de la cuenta en lo que respecta en velocidad. Los investigadores recibieron información de que, en una ocasión, un radar captó el coche que supuestamente conducía este empresario lucense a 240 por hora. Cuando recibió la comunicación de la sanción parece que lo primero que hizo fue poner a una de sus meretrices como conductora del vehículo. Así, no perdía puntos porque quien se quedaba sin ellos era la conductora. Lo que pasaba con el pago de la cuantía económica se desconoce, por ahora.

Este presunto proxeneta se preocupó de que alguna de sus empleadas tuviera carné de conducir. Parece que, incluso, llegó a financiar los gastos de autoescuela para varias meretrices.

José Manuel García Adán, de acuerdo con numerosos testimonios recogidos durante la investigación, alternaba la conducción de tres vehículos distintos. Por un lado, un Mercedes 400; por otro, un Audi A8 y, además un BMW 535.

Por cierto, uno de los Mercedes que conducía lo consiguió porque, supuestamente, se lo cambió a un gitano por un BMW. Según algunos testimonios, el receptor de este último coche era amigo de Adán y, de vez en cuando, le hacía regalos de piezas de oro.

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