Mercadillo navideño al estilo germánico en Sober

Francisco Albo
Francisco Albo MONFORTE/LA VOZ.

LEMOS

Unos residentes de nacionalidad alemana organizan en la aldea de Mer una pequeña feria artesanal

18 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La presencia de residentes extranjeros en la Ribeira Sacra no solo ayuda a apuntalar la demografía de las cada vez más despobladas zonas rurales, sino que también contribuye a reanimar la vida local con nuevas actividades y costumbres.

El pasado julio, un grupo de ciudadanos británicos organizó en el pueblo de Goián, en Pantón, un mercadillo de plantas y objetos de segunda mano al estilo de las car boot sales del Reino Unido, en el que participaron varios vecinos de la zona. Ahora son dos ciudadanos alemanes, Barbara y Martin Jablonowksi, quienes organizan en su domicilio de Mer, en la parroquia soberina de Proendos, una versión casera de los Weihnachstmärkte o mercados navideños que se abren por estas fechas en los países germánicos.

Desde las doce del mediodía hasta las ocho de la tarde de hoy, los Jablonowksi pondrán a la venta una serie de artículos elaborados por ellos mismos y por otros artesanos de la zona. «Habrá adornos para el árbol de Navidad, cestas, objetos de madera, galletas, productos de la huerta...», explica Barbara. En el mercadillo se ofrecerán además algunos típicos productos alemanes de la época navideña, como el Glühwein -vino caliente con especias- y el Stollen o pan dulce.

Hace cuatro años

El matrimonio lleva ya cuatro años residiendo en Sober y ya organizó otro mercadillo similar el año pasado. Anteriormente vivieron en el Reino Unido y conocieron Galicia en un viaje que hicieron a Santiago en el 2004, cuando se inauguró una nueva línea de la compañía Ryanair. Más adelante encontraron a través de Internet la casa en la que viven actualmente. Martin trabaja en casa elaborando páginas web para diversas empresas y ella cultiva una huerta y un vivero, vendiendo sus productos en la feria de Sober y en otros lugares.

Desde que se instalaron en Mer, Barbara y Martin se han adaptado a la vida rural gallega y están satisfechos de haber elegido esta zona para vivir. «Estamos muy contentos de haber venido aunque todavía tenemos algunos problemas con el idioma, porque para nosotros es bastante difícil», dice ella.