El dueño de 800.000 sellos

X. Francos

LEMOS

Un funcionario de la cárcel de Monterroso es uno de los grandes filatelistas de la provincia de Lugo

14 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Son más de treinta años de afición y casi ochocientos sellos sellos los que tiene en su poder Ignacio Bueno García. Este jefe de servicios de la prisión de Monterroso es uno de los coleccionistas más importantes de la provincia. Una mínima parte de sus sellos serán expuestos a partir de mañana y hasta finales de mes en una de las salas de la casa de la cultura de Monterroso.

Que vaya solo una pequeña muestra no quiere decir que la exposición no tenga su interés. Bueno presenta en numerosos paneles curiosas colecciones y, además, ofrece por escrito explicaciones. «En esta muestra habrá cuarenta paneles con temas diversos como, por ejemplo, los reyes de España, Juan Pablo II, personajes gallegos, diarios centenarios y hasta una muestra de sellos de Gibraltar con sus sobres», apuntó el propietario.

Bueno se confiesa un enamorado de su profesión, de la filatelia y de la lectura. Su colección de sellos la comenzó hace algo más de treinta años. Fue, según contó, porque un amigo que tenía en Algeciras le habló sobre el asunto y realmente acabó enganchado. Tanto que ahora recibe sellos de más de treinta de países.

«El sello es cultura, arte... En definitiva, la historia de un país. De hecho hay series de prácticamente todos los temas: pintura, fauna, flora, ciencia, tecnología, deportes...», apuntó este coleccionista. El jefe de servicios de la prisión monterrosina comentó que a la muestra que se inaugura mañana llevaba una representación de sellos del Vaticano. «Casi todos los filatelistas hacen el Vaticano porque emite unos sellos muy bonitos. Además, cuenta con uno de los museos filatélicos más importantes del mundo, aunque el más relevante está en Berna», explicó.

También tienen interés los de Gibraltar. «Hacen tiradas cortas y mantienen el sello en su servicio filatélico durante un año. Luego destruyen la plancha y ya son difíciles de conseguir», informó. También recuerda cómo empezó su colección de Albania. Al principio le costó mucho que se los proporcionaran. «Eran sellos inicialmente con una calidad mala y monótonos.

«Gracias a la filatelia he aprendido mucho. Por los sellos pude saber de la existencia de muchas islas que son países independientes», señaló.

Los sellos le llegan directamente a través de empresas especializadas de Madrid y Barcelona, en algunos casos y en otros, directamente desde los propios servicios emisores de los distintos países, como es el caso de Israel. «El servicio filatélico de Correos de España me sirve los que se editan aquí y además los de Guinea Ecuatorial, que son facturados en España», explica.