Conciertos entre el sonajero y el saxofón

LEMOS

Músicos del conservatorio monfortino dan un recital para niños pequeños

30 abr 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Manuel acaba de aprender a andar y no hay quien lo pare. Su madre lo persigue a gatas sin ningún éxito hasta que el chaval se topa con el saxofonista que interpreta la sintonía de la Pantera Rosa, lo mira y empieza a perseguirlo por el escenario del edificio multiusos. El chaval es uno de los asistentes a los conciertos especiales para niños pequeños, que se celebraron ayer por segundo año consecutivo en Monforte, organizados por Preescolar na Casa y el conservatorio municipal Mestre Ibáñez.

Ana Isabel Santiso, de Preescolar na Casa, cuenta que la curiosidad imparable de Manuel es la habitual en niños que acaban de descubrir su propia autonomía. «A maioría dos que xa poden andar reaccionan á música movéndose e tratanto de investigar, botándolle a man aos instrumentos, por exemplo», explica. ¿Y los bebés? Ellos reaccionan al revés. Lo más frecuente es que se relajen. «Contra o que pensa moita xente, os bebés estrésanse moito, e non dan acalmado sós, precisan axuda externa, en forma de balanceos... ou de música».

Cualquier padre sabe que es poco menos que imposible reunir a cuarenta niños pequeños en una misma sala durante veinte minutos sin que estalle la guerra. Y lo cierto es que ayer pasó, y dos veces seguidas, en los dos conciertos de la segunda edición de esta experiencia, bautizada como Arrolín, Arrolán por sus organizadores. Al primero, el de los niños de hasta dieciséis meses, asistieron treinta familias. Al segundo acudieron cuarenta pequeños entre los dieciséis meses y los tres años, y sus respectivos acompañantes.

El concierto de los más pequeños arrancó a las cinco y media de la tarde con la Canción de cuna de Brahm, en una versión para clarinete y piano. Cuando empieza la música, Fernando Sanmartino, el director del conservatorio, camina tocando el clarinete hacia los niños y sus padres, sentados todos en el escenario del auditorio del multiusos. Los pequeños, hasta entonces distraídos cada uno en lo suyo, se le quedan mirando con la cara que un adulto pondría al ver un ovni.

Jazz y clásica

La idea de estos conciertos fue de Preescolar na Casa, pero la preparación es cosa de los profesores y los músicos del conservatorio. En cada concierto interpretan una decena de piezas cortas, de no más de cinco minutos cada una y diferentes estilos, desde el jazz a la música clásica. Area es ya una veterana. Estuvo en el Arrolín, Arrolán del año pasado y en el recital que Mercedes Peón dio para niños también en el escenario del multiusos. Sus padres, Nacho y Sandra, la llevaron ayer de nuevo porque quieren que escuche mucha música. «É interesante que vaia collendo sensibilidade, non como eu, que non fun a un concerto ata os vinte anos e así teño o oído que teño», bromea su padre.

Oír música sirve para educar el oído, evidentemente, pero no sólo para eso. «Sábese que os fetos están preparados para oír xa desde o sexto mes de embarazo e que a música estimula as áreas cerebrais relacionadas coa fala e coas matemáticas», explica Ana Isabel Santiso.

Estos conciertos de Monforte son una experiencia pionera en Galicia porque se trata de los primeros interpretados por músicos de conservatorio, no expertos en el trabajo con niños. Expertos como el portugués Paulo Lameiro, que este domingo interpretará un concierto para bebés en el auditorio Gustavo Freire de Lugo, en un acto organizado también por la Fundación Preescolar na Casa.