El hotel lucense Torre de Núñez celebró sus bodas de plata con un acto al que asistieron unas doscientas personas. El hotel, inaugurado por su fundador Manuel José Núñez en el año 1982, está ahora en manos de una segunda generación. Ana Núñez ha tomado el relevo como gerente.
-Veinticinco años no los cumple cualquiera...
-Estamos orgullosos de poder seguir en el mercado intentando hacer las cosas cada día un poco mejor.
-¿Han cambiado mucho las instalaciones?
-Yo creo que sí. Llevo unos diez años trabajando en esta empresa familiar, y desde su inauguración ha estado en constante evolución, adaptándose a las demandas de la clientela. Hubo muchos cambios en cuanto a nuevos estilos y planteamientos, en lo referente a la restauración y alojamiento.
-¿El cliente es cada vez más exigente?
-Sí que lo es, pero eso es positivo porque te ayuda a mejorar y a buscar su propia satisfacción. El cliente que es exigente también valora el esfuerzo que haces cuando intentas hacer las cosas lo mejor posible.
-¿Muchas anécdotas?
-Yo recuerdo los comentarios de mi madre, que era la encargada de dar presupuestos, cuando me decía que se sorprendía mucho cuando venía gente que se había casado aquí y venía años después y nos decía que quería hacer la comunión de sus hijos, y años más tarde sus propias bodas.