Y el presidente quedó sin cena

LEMOS

MIGUEL VILLAR

Crónica | Reunión de los populares en Luíntra El líder del PP se perdió el cocido que degustaron los populares y dejó plantados al centenar de comensales que esperaban saber que había pasado en la cita de Santiago

05 oct 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

?l restaurante Olegario es punto de cita obligado para los cazadores que acostumbran a patear los montes de la Ribeira Sacra. Los todoterrenos, los remolques para los perros y las escopetas son elementos cotidianos del entorno de la casa en temporada, así como las piezas cobradas en sonoras y numerosas batidas contra el jabalí. Y en este lugar se reunían en la noche del lunes los militantes del PP afines a Baltar para celebrar, como lo hacen el primer lunes de mes -rotando la cita por la provincia-, su cena de amigos y correligionarios. Muchas caras conocidas en una reunión que tenía como principales organizadores al diputado José Manuel Baltar Blanco y al alcalde en funciones de Nogueira de Ramuín, César Parente. La cena de los primeros lunes de mes tenía en esta ocasión un importante matiz: horas antes se celebraba el comité regional del PP en Santiago -donde coincidirían Fraga y Baltar- y se dejaba entrever una posterior reunión entre los políticos en la capital de Galicia. Es decir: que o salían del Olegario más peperos que nunca o allí mismo desempolvaban la escopeta y se echaban al monte de los votos sin pedir permiso a Medio Ambiente para adelantar la temporada. Esto último tampoco sería un problema, teniendo en cuenta que el delegado de la cosa, Agustín Prado Verdeal, compartía mesa y mantel con los antiguos Centristas y ahora populares. La posibilidad, o la certeza, de que podría acercarse Baltar a participar en la peculiar peña gastronómica que lleva celebrando estas cenas desde hace veinte años hizo que la participación se disparase -en sentido figurado, claro. Es que las carga el demonio y después ya se sabe-. Los diputados autonómicos José Manuel Baltar, Roberto Castro y Miguel Santalices; la diputada en el Congreso Ana Belén Vázquez; la secretaria provincial del PP, Carmen Leyte; los delegados provinciales de Presidencia y Medio Ambiente, José Rojo y Prado Verdeal respectivamente; el ex conselleiro de Cultura, Daniel Barata; el gerente de Xestur, Juan Carlos Cabanelas, y varios alcaldes y militantes de toda la provincia -de Rubiá, de O Carballiño, de Maceda...- acudieron a la cena de Luíntra. Con los comensales ya metidos en faena, a las 22.10 horas, llegaba José Luis Baltar y su inseparable chófer, Jesús Pereira, a la puerta misma del Olegario. El político jugaba en campo propio: un municipio donde estuvo de alcalde durante años y un lugar, el restaurante Olegario, donde aguardaron estoicamente durante más de una hora para inaugurar su casa de turismo rural sólo para que pudiese hacerlo el presidente de la Diputación. Pero el escenario no era el que Baltar se había imaginado y el presidente provincial del PP ordenaba a su chófer dar la vuelta y regresar a Ourense. En un gesto poco habitual en él, Baltar prefirió dejar plantados al centenar de comensales que le aguardaban en el reservado del Olegario a enfrentarse a dos fotógrafos y un redactor que le esperaban a la puerta del restaurante para saber si había alcanzado algún acuerdo con Fraga. A las 22.16 horas bajaba José Manuel Blanco a llamar por teléfono al bar. Tras colgar anunciaba: «Baltar non vai estar porque cando viña por Lalín chamouno Fraga e tivo que volver para Santiago». Y para que no se diga que no existe el clan de la carne ao caldeiro dieron cuenta de un suculento cocido. Pasadas las 23.30 horas, con el apetito saciado y la curiosidad excitada, los populares iban saliendo y preguntando a la media docena de periodistas allí reunidos: «¿Que se sabe? ¿Hai acordo?».