Cuestiona la coexistencia de nueve cámaras de comercio y cuatro organizaciones patronales
24 oct 2002 . Actualizado a las 07:00 h.El presidente de la Xunta, Manuel Fraga, rechazó ayer entrar a valorar la crisis de la patronal lucense, sin embargo, ésta le dio pie para sugerir que la solución a problemas como el de Lugo «donde hay unas deudas importantes a las que no saben como hacer frente», pasan por una simplificación del sistema organizativo del empresariado. Cuestionó la coexistencia de cuatro organizaciones patronales y nueve cámaras de comercio. Lugo y Ourense son las únicas provincias con una sola entidad cameral. Fraga reconoció que estas manifestaciones iban a estar acompañadas de la crítica, porque cuestionaba la coexistencia de las cámaras de comercio y de las confederaciones de empresarios, pero apuntó que en otros países, como es el caso de Estados Unidos, únicamente hay un solo modelo de organización. El debate está abierto e inmediatamente se sucedieron los pronunciamientos. El presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia, Antonio Fontenla, respondió a las declaraciones de Fraga y aprovechó nuevamente para tender su mano para una posible mediación en el conflicto de Lugo. Volvió a insistir en que estaría dispuesto a escuchar a ambas partes para buscar una salida a los enfrentamientos. Hace unos días hizo el mismo ofrecimiento público a las partes, pero no fue aceptado por ninguna de ellas. Por otra parte y pese a los reiterados intentos de conseguir declaraciones tanto del ex presidente de la CEL, Guillermo Sánchez Vilariño, como del de la Cámara de Comercio, Alfredo Mosteirín Castañer, resultaron infructuosos. De la oficina del primero apuntaron que estaba muy ocupado y la jefa de prensa del segundo indicó que Mosteirín no desea pronunciarse en estos momentos sobre cuestiones relacionadas con la patronal lucense. Quien sí habló, por primera vez, fue el tesorero de la ejecutiva de la CEL, Ángel López Lugilde, quien reconoció que había puesto su cargo a disposición del presidente, pero matizó que no está dispuesto a marcharse «y menos de esta forma». Insistió en que había aceptado el puesto porque estaba decidido a trabajar y que en estos cuatro meses había aprendido «muchísimas cosas». López Lugilde dijo que ser simplemente un empresario , rechazó cualquier intencionalidad política en su presencia en la patronal lucense. Tampoco desaprovechó la ocasión para pronunciarse el presidente de la Federación Gallega de Comercio, José María Seijas López, quien volvió a reiterar ayer que si un presidente pierte la confianza de su directiva es difícil poder gobernar. Dijo en unas declaraciones a la agencia Europa Press, que Martínez Dapena empezó con mal pie porque desde el principio «hubo falta de entendimiento entre el presidente, su comité ejecutivo y su junta directiva». También manifestó que ante nuevos comicios no debería de presentarse a las elecciones Guillermo Sánchez Vilariño. «Es mejor -dijo- que se abra una nueva etapa», opinión que es coincidente con la de otros empresarios lucenses.