Cómo evitar los pesticidas presentes en los alimentos: «Están en el 40 % de las verduras de producción convencional»

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

Las frutas y verduras son muy beneficiosas para la piel porque son ricas en antioxidantes.
Las frutas y verduras son muy beneficiosas para la piel porque son ricas en antioxidantes. JAVIER BELVER | EFE

Estas sustancias suponen un riesgo para la salud, pero podemos disminuir nuestra exposición a ellas tomando medidas sencillas

30 oct 2025 . Actualizado a las 17:51 h.

Las frutas, las verduras y otros alimentos frescos son cada vez más reconocidos como los más importantes dentro de nuestra dieta. Se ha demostrado que aumentar su consumo, al incorporar una mayor proporción de fibra y de micronutrientes, facilita la proliferación de las bacterias beneficiosas en nuestro tracto digestivo, lo que a su vez se ha relacionado con una mejor salud mental y física al disminuir la inflamación y mejorar la absorción de nutrientes en el intestino.

Pero estos productos de la huerta pueden traer consigo otro riesgo que no siempre tenemos presente: la exposición a tóxicos provenientes de pesticidas, fungicidas y otras sustancias utilizadas durante su proceso de cultivo, conservación y distribución. En su libro 80 recomendaciones para evitar los tóxicos (RBA, 2025), el doctor en Medicina Nicolás Olea explica cómo podemos reducir al mínimo posible nuestro contacto con estos químicos perjudiciales para aprovechar los nutrientes de los alimentos frescos de manera segura.

Pesticidas

«Sabemos que la producción agrícola convencional es la mayor causa de exposición a pesticidas tóxicos, con consecuencias especialmente preocupantes para los nacidos en el siglo XXI», apunta Olea. Entre ellos, uno de los más peligrosos tanto para el organismo humano como para el medioambiente es el glifosato, un herbicida de amplio espectro, de uso muy extendido en España. Es absorbido por las hojas y no por las raíces, por lo que se puede aplicar a las hojas, inyectarse a troncos y tallos, o pulverizarse a tocones como herbicida forestal. El glifosato mata las plantas interfiriendo con la síntesis de los aminoácidos fenilalanina, tirosina y triptófano.

Como explica un documento publicado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, «tanto las grandes cantidades vertidas de esta sustancia, como los resultados de los muestreos indican que el glifosato puede suponer un riesgo tanto en aguas superficiales como subterráneas». Eliminar esta sustancia de la alimentación es clave para la disminución de este riesgo. Para evitarla, Olea propone las siguientes medidas:

  1. Opta por alimentos de producción ecológica, ya que estos presentan una menor probabilidad de contener pesticidas y otros residuos de compuestos químicos. «los pesticidas están en el 40 % de los alimentos de producción convencional», señala Olea.
  2. Elige productos de temporada y de cercanía, cuya producción requiere menos manipulación y tóxicos.
  3. Diversifica los componentes del menú de cada día, ampliando las fuentes y los tipos de alimentos. Así, reduces el riesgo de exposición a algún alimento especialmente contaminado.

Fungicidas

Otros compuestos peligrosos son los fungicidas, presentes de manera especial en frutas y verduras. «Hay una fuerte asociación entre la presencia de fungicidas en a orina de las niñas y el desarrollo precoz de sus cuerpos», explica Olea. Aunque algunos, como el Mancozeb, se han prohibido en los últimos años, el uso de este grupo de sustancias sigue siendo muy alto «y tiende a aumentar debido a presiones como el cambio climático y la pérdida de producción», señala el experto.

Parte del problema es que los fungicidas se aplican tanto en el campo como en la poscosecha, lo que significa que se esparcen directamente sobre la piel de peras, manzanas, cítricos y cualquier fruta de hueso una vez cortada del árbol. Esto implica que, para reducir la exposición a ellos, lavar o pelar la fruta es clave. «Quizá pierdas algo de los nutrientes y de la fibra que hay en la piel, pero te aseguras de no comer productos añadidos y muchas veces nocivos», apunta Olea. 

En este aspecto también son preferibles los alimentos de producción ecológica, ya que el uso de fungicidas no está permitido en los procesos por los que estos han de pasar. Sin embargo, advierte: «Desconfía de lo que se vende a pie de huerta, por atractivo que sea. Si no es de temporada, no es local».

Flores tóxicas

Los tóxicos que se utilizan para evitar la proliferación de pestes en los cultivos no solo atañen a aquellos destinados al consumo alimentario. El doctor Olea señala que la exposición a pesticidas «puede ocurrir de forma múltiple e inadvertida. No se trata solo de lo que comes, sino también de las flores que adornan tu casa».

En este sentido, el experto cita un estudio realizado en Países Bajos que analizó quince ramos de flores y halló que, de media, cada uno contenía doce residuos de sustancias «sospechosas o probadamente peligrosas para la salud, ya sean carcinógenas, mutagénicas, tóxicas para la reproducción o disruptores endocrinos». Por esto, recomienda controlar el origen de plantas, flores y objetos que entren al hogar, enfatizando la elección de aquellos producidos en la Unión Europea, donde las regulaciones al respecto son las más estrictas que podemos encontrar, aunque sigan siendo, en su opinión, insuficientes.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.