Ibuprofeno con codeína: ¿cuáles son los peligros de estos fármacos combinados?

La Voz de la Salud REDACCIÓN

EL BOTIQUÍN

Neobrufen con codeína en una farmacia de Ourense
Neobrufen con codeína en una farmacia de Ourense Miguel Villar

Alerta de la EMA tras varias muertes y casos de daños graves por el uso prolongado de estos medicamentos. En España solo se adquieren con receta. Cinco expertos lo analizan

24 feb 2023 . Actualizado a las 12:02 h.

Ibuprofeno y codeína, a partir de ahora los medicamentos que se basan en esta combinación tendrán una nueva advertencia. El comité de seguridad de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) ha advertido de las consecuencias que puede tener un uso prolongado de estos fármacos. Daños renales y gastrointestinales graves e, incluso, la muerte (se han reportado varios casos de fallecimiento, ninguno de ellos en España). Por eso, esta combinación de fármacos deberá llevar a partir de ahora esa advertencia por su potencial para provocar daños severos en el organismo cuando se consumen por períodos de tiempo prolongados a dosis más altas de las aconsejadas.

Precisamente, en la dosis reside el peligro. Así lo explica Carlos Fernández, farmacéutico y responsable de divulgación científica del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos: «La advertencia que ha hecho la EMA es que no hay que superar las dosis que se recomiendan, ni hacer tratamientos con períodos superiores a tres días de duración, que es lo máximo. Si no se consigue aliviar el dolor pasado este tiempo, habría que volver al médico para evaluar otro tipo de tratamientos». En cualquier caso, y como breve apunte, la ingesta diaria no debe superar la seis tomas, y la cantidad variará en función de la persona y la intensidad del dolor.

Jesús Sueiro, portavoz de la Asociación Galega de Medicina Familiar e Comunitaria, explica que hay que tener precaución «sobre todo con las dosis más altas de lo recomendado. En principio, el ibuprofeno, como todos los antiinflamatorios, siempre procuramos recetarlo por el menor tiempo posible, por su potencial daño renal y su gastroerosividad. Si añadimos un compuesto como la codeína, que no olvidemos, es un derivado de la morfina, la combinación puede ser aún más peligrosa».

Al contrario de lo que sucede en otros países, la alerta de la EMA no debería hacer cundir el pánico en España: «Aquí tenemos una situación de mayor control porque los medicamentos que incluyen esta combinación están sujetos a prescripción médica», precisa el divulgador científico. En concreto, el mercado nacional cuenta con tres tipos en las boticas. Dos en presentación de comprimidos y uno en sobre. Todos ellos contienen 400 miligramos de ibuprofeno y 30 de codeína. Se trata de Neobrufen (aquí hay que recalcar que también existe la opción sin codeína) y Astefor.

Así las cosas, la evaluación del profesional médico, como la dispensación en farmacia, «garantizan que el consumo del fármaco se hará en condiciones que evitarán los posibles efectos adversos más agudos», señala el doctor en Farmacia. ¿La razón? Más allá de las reacciones secundarias que pueda traer consigo esta sinergia, la codeína es un opioide analgésico suave que pertenece a la familia de la morfina, y como tal, está intensamente controlada. «El riesgo de dependencia y abuso por parte de la población puede ser importante, de ahí la necesidad de receta», añade el farmacéutico. 

«En nuestro medio no existe una gran prescripción de estos medicamentos. Preferimos usar paracetamol o en ciertos casos hacer una combinación de paracetamol y tramadol en dosis más bajas. La combinación de ibuprofeno con codeína no la prescribimos casi nunca, creo que es bastante excepcional», señala Sueiro.

El ibuprofeno en combinación con la codeína no se puede adquirir en España sin receta.
El ibuprofeno en combinación con la codeína no se puede adquirir en España sin receta.

¿Cómo es la fórmula de este tipo de medicamentos?

Se trata de una combinación de dos sustancias, un opioide (la codeína) y un antiinflamatorio (el ibuprofeno), ambos usados para tratar el dolor moderado. «Nosotros utilizamos una escala, un termómetro del dolor, que va del cero a diez, siendo este último el peor de los dolores que te puedas imaginar. Uno moderado es aquel que tiene una puntuación de entre 4 y 6. Solemos recetarlo en patología reumatológica», apunta el doctor Alberto Freire, miembro del grupo de trabajo de dolor de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). 

«Son fármacos con dos mecanismos de acción diferentes. Por un lado el ibuprofeno, que es un fármaco antiinflamatorio que se utiliza para dolores que tienen inflamación como puede ser un dolor de cabeza, articular o muscular; mientras que la codeína es un fármaco opioide», afirma Carlos Goicoechea, catedrático de farmacología en la Universidad Rey Juan Carlos y vicepresidente de la Sociedad Española del Dolor (SED).

Sobre en qué casos se prescribe este fármaco que combina ambas sustancias, Goicoechea señala que «para poder tratar aquellos dolores que no van a responder solamente con el ibuprofeno, dado que la intensidad del dolor es superior a la que sería posible tratar solamente con este antiinflamatorio». Añade que no es extraño combinar fármacos con distintos mecanismos de acción en un mismo medicamento, y que «suele funcionar muy bien porque permite mantener las dosis más bajas de cada uno de ellos comparándolo con su uso por separado. Consiguiendo, además, disminuir los efectos secundarios que tendrían cada uno de ellos».

El catedrático de farmacología matiza que la alerta de agencia europea «tiene que ver con el uso prolongado del medicamento y, esto es muy importante, a dosis más elevadas de las que se recomienda en ficha técnica o en el prospecto. Evidentemente, ni este, ni ningún medicamento para el dolor, se puede consumir de forma continuada sin el seguimiento que tiene que hacer el médico o el farmacéutico». 

«Lo importante es conocer el perfil de seguridad de los fármacos por separado para comprender qué tipo de efectos pueden provocar de manera conjunta», explica Carlos Fernández. 

Así, «los efectos adversos se suman. Por ejemplo, el ibuprofeno suele causar problemas gastrointestinales, pero además no lo pueden consumir personas que tomen anticoagulantes, corticoides e incluso algunos tipos de antidepresivos porque pueden interaccionar con ellos», explica Isabel Jurjo, presidenta de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac) en Galicia. 

Lo mismo ocurre con la codeína, la cual no se recomienda, al menos con una ingesta elevada, en pacientes asmáticos, y puede crear dependencia. Sin embargo, para Jurjo el problema reside en la falta de receta médica: «El riesgo está en que la gente tenga acceso a ello sin prescripción o que los pueden comprar libremente», apunta. Si algo debe quedar claro es que este medicamento está «pensado para tomar durante pocos días». 

La codeína o metilmorfina es un compuesto que se encuentra de forma natural en el opio. En medicina, se suele utilizar como analgésico, sedante y antitusígeno, es decir, para aliviar la tos. La presentación más frecuente del medicamento es en jarabes o comprimidos. 

En el cuerpo, el hígado metaboliza la codeína en morfina. Sin embargo, debido a la baja velocidad de transformación, es mucho menos efectiva y potente como analgésico y sedante que esta última. Por lo tanto, su utilidad radica en el alivio de dolores moderados y en el hecho de que no supone riesgos tan intensos como la morfina en cuanto a su dependencia y sus efectos adversos (náuseas, mareos, vértigo, somnolencia, hipotensión y problemas respiratorios). Si bien ambas sustancias tienen estos riesgos asociados, en el caso de la codeína, son menores. 

Por su parte, el ibuprofeno es un antiinflamatorio no esteroideo (AINE) que se suele utilizar como analgésico, antiinflamatorio y antitérmico. Es de uso muy extendido para el alivio sintomático de dolores tan diversos como la cefalea, el dolor dental, la mialgia, los dolores menstruales y de garganta. 

Su principal mecanismo de acción es la inhibición de la enzima ciclooxigenasa, que tiene un papel crucial en el mecanismo de la inflamación. El ibuprofeno reduce así la liberación de sustancias y mediadores inflamatorios, evitando la activación de los receptores del dolor.

El comité de la EMA revisó múltiples casos de toxicidades renales, gastrointestinales y metabólicas reportadas en asociación con el abuso y la dependencia de esta combinación de medicamentos; algunos de ellos habían tenido consecuencias letales. Se halló que, tomados a dosis más altas que las recomendadas, durante períodos prolongados, la codeína junto con el ibuprofeno pueden causar daño a los riñones, impidiendo que estos transporten los ácidos de la sangre a la orina. El mal funcionamiento renal también hace que bajen excesivamente los niveles de potasio en la sangre, lo que ocasiona debilidad muscular y mareos. Estos efectos adversos serán, por tanto, añadidos a la información de los productos.

«La presentación más frecuente es un combinado para dolores bastante intensos, porque combina un analgésico con un opiáceo, pero debe ser utilizado en tiempos muy cortos. Sobre todo, está demostrado que los opiáceos en los dolores crónicos no tienen mucha utilidad y provocan cierto grado de dependencia y muchas veces hemos visto gente que no es capaz de dejarlos, no por el estímulo doloroso, sino por esa dependencia que pueden tener», observa Sueiro.

La acidosis tubular renal y la hipopotasemia se añadirán a la información del producto como nuevos efectos secundarios.

«Los efectos adversos del ibuprofeno más frecuentes se dan a nivel del tracto digestivo, desde diarrea, náuseas, pirosis o dispepsia. La codeína, por su parte, provoca todo lo contrario. Un estreñimiento importante, náuseas o vómitos. Tiene un perfil más considerable que el de otros analgésicos más comunes en los primeros niveles de dolor leve», precisa Fernández. Es por ello que el cuidado y atención a su consumo debe extremarse.  

Los expertos recalcan que se trata de efectos adversos a incluir en el prospecto, pero que no debe causar alarma

«En su momento se demostró que estos dos fármacos juntos tienen una capacidad de disminuir el dolor mucho mayor que si cogemos los fármacos por separado. Porque tendríamos que dar una dosis mayor de cada uno de ellos», asegura Freire. Así, la combinación de ambos produce más analgesia que las dosis mayores de los fármacos por separado.

De esta forma, el doctor, matiza: «La agencia europea simplemente alerta de que lo que produce este fármaco cuando se toma de manera prolongada y a mayores dosis de lo recomendado. Cuando un médico da un medicamento es para un tipo de dolor, para un tiempo y unas dosis determinadas. Si el paciente lo toma más tiempo y a dosis mayores, pueden aparecer estos efectos. Pero es que ningún antiinflamatorio se debe tomar más de diez días». 

Como la mayoría de los casos de toxicidad han sucedido en países en los que estos medicamentos están disponibles sin prescripción médica, la EMA apunta a lograr que el estatus de esos productos cambie, de tal modo que solo se puedan adquirir con autorización y receta del médico, tal y como sucede en España. La agencia considera que esta medida será efectiva para minimizar el riesgo de los problemas asociados con el abuso de esas sustancias.

Siempre y cuando un fármaco provoque efectos secundarios, Isabel Jurjo recomienda consultarlos, por muy livianos que sean, con un farmacéutico o el doctor correspondiente.