El fracaso de la consulta promovida por la izquierda da un respiro a Meloni

V. Saini VENECIA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en Villa Doria Pamphilj en Roma el pasado martes.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en Villa Doria Pamphilj en Roma el pasado martes. ANGELO CARCONI | EFE

«Esta votación demuestra que no hay alternativa a este Gobierno y a esta mayoría», afirmó la primera ministra

11 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El referendo celebrado el domingo y el lunes en Italia no superó el umbral de participación necesario para que fuera vinculante, el llamado cuórum del 50 % de los ciudadanos aptos para el voto más uno. Solo el 30,6 % de los italianos con derecho a voto acudió a las urnas, lo que supone una victoria sustancial para el Gobierno liderado por la primera ministra ultranacionalista Giorgia Meloni, aunque la mayoría de los 14 millones de votantes se pronunciaron a favor de las cinco preguntas planteadas en la consulta: más del 85 % votó a favor de derogar cuatro normas relativas a los despidos laborales y el 65 % se mostró a favor de reducir a la mitad el tiempo necesario para obtener la nacionalidad para los migrantes.

«Esta votación demuestra que no hay alternativa a este Gobierno y a esta mayoría», afirmó la primera ministra. En una entrevista publicada este martes en el diario La Repubblica, el ministro de Asuntos Europeos, Tommaso Foti, calificó el referendo de «autogol» de la izquierda y subrayó que la consulta apenas logró movilizar a un tercio de los italianos.

Alivio para la coalición

La aprobación de las preguntas planteadas en la consulta habría supuesto una derrota para el Ejecutivo y podría haber desestabilizado una coalición muy conflictiva y dividida en algunos temas claves, como la política exterior.

El fracaso de la consulta promovida por la izquierda supone un respiro para las formaciones conservadoras, que salieron derrotadas en las recientes elecciones municipales en ciudades importantes como Génova y Taranto, el principal centro industrial del sur de Italia.

Maurizio Landini, líder de la CGIL, el sindicato de izquierda que promovió enérgicamente el referendo, opina que hay que volver a empezar, partiendo de los 14 millones de italianos que acudieron a las urnas a pesar de que el domingo hiciera buen tiempo y aunque muchos líderes de la derecha italiana animaran a la ciudadanía a ir al mar o a la montaña en vez de dedicar el tiempo a acudir a votar.