La odisea de conseguir combustible en Cuba

A. Pérez LA HABANA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Gasolinera en La Habana.
Gasolinera en La Habana. ALEXANDRE MENEGHINI | REUTERS

Para adquirir unos pocos litros de carburante, muchos se ven obligados a pasar días y noches enteras haciendo cola

18 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde hace más de diez días, el combustible se ha convertido en el mayor dolor de cabeza para muchos cubanos. No es la primera vez que la crisis impacta en la movilidad de las personas, pero esta vez las filas kilométricas y las calles desiertas recuerdan los peores momentos del período especial de los 90.

Para adquirir unos pocos litros de combustible, muchos se ven obligados a pasar días y noches enteras haciendo cola, y no siempre lo consiguen. «Estuve desde bien temprano hasta pasadas las diez de la noche en una cola de más de dos kilómetros, que no avanzaba apenas. Al final me tuve que ir con el tanque vacío, porque a esa hora se acabó», cuenta Roberto Rodríguez, autónomo o cuentapropista, como se le define en Cuba. «Sin gasolina no puedo buscar los productos que necesito para tener la cafetería abierta, así que estoy con las manos atadas», afirma.

Otros se ven obligados a ser aún más perseverantes. Es el caso de Yaquelín Gómez, una editora de 49 años que tuvo que dormir cuatro noches seguidas en su coche esperando junto a una gasolinera vacía. «Tengo enfermos y niños pequeños en casa, no tenía combustible ni para una urgencia. Como donde quiera que iba las colas eran de cientos de coches, decidí centrarme en una donde había unos 20 esperando. Al final fueron 4 días con sus noches en los que pude ir a la casa solo un par de veces muy rápido. En la cola conocí a personas de todas las profesiones, médicos, ingenieros… Y todos ahí, sin poder trabajar», cuenta.

De los rigores no se salvan ni turistas ni diplomáticos, que, aunque tienen sus propios lugares, repostar solo es posible tras muchas horas de espera.

Los más desfavorecidos son los que ni siquiera tienen en qué poner el combustible y dependen de un transporte público reducido casi a cero en estos momentos. «Tuve que caminar más de 8 kilómetros para llegar a mi trabajo, no pasaba ninguna guagua», se lamenta Arelis, empleada de un banco. 

Falta de explicaciones

Las quejas por la falta de información llegaron a ser tantas como por la ausencia de combustible. Solo once días después salió el presidente, Miguel Díaz -Canel, a dar la cara. Según el mandatario, el país consume entre 500 y 600 toneladas de gasolina al día, pero «en estos momentos estamos con coberturas de menos de 400 toneladas diarias de gasolina para todas las actividades».

El motivo es externo, asegura. «Los países que tienen con nosotros determinados compromisos para suministrarnos gasolina han estado también en una situación energética compleja», justificó, sin especificar a qué naciones se refería. Díaz-Canel insistió en que «esto no tiene que ver con ineficiencias del país, ni con problemáticas de nuestras instituciones energéticas». Está por ver si los cubanos de la cola le creen.