Estados Unidos y el papa piden a Putin que frene la «espiral atómica»

Miguel Pérez MADRID / COLPISA

INTERNACIONAL

Un soldado ucraniano, este domingo, arrojando al suelo una bandera rusa que las tropas de Putin habían colocado en un monumento en la ciudad de Liman
Un soldado ucraniano, este domingo, arrojando al suelo una bandera rusa que las tropas de Putin habían colocado en un monumento en la ciudad de Liman OLEKSIY BILOSHYTSKYI | REUTERS

La OTAN alerta a sus aliados de la presencia en el Ártico del submarino nuclear ruso Belgorod, equipado con el proyectil Poseidón, conocido como el «arma del Apocalipsis»

02 oct 2022 . Actualizado a las 20:41 h.

La incertidumbre sobre los siguientes pasos del presidente ruso, Vladimir Putin, tras el nuevo desastre militar en el frente del Dombás, mantienen en vilo a la comunidad internacional, especialmente después de que un colaborador central del Kremlin en esta guerra, el líder checheno Ramzán Kadírov, haya solicitado el uso de «armas nucleares de baja intensidad» para cambiar el curso de la batalla. Algunos blogueros ultranacionalistas favorables a la invasión también han publicado artículos en el mismo sentido. Occidente, mientras tanto, tiene cada vez más claro que una escalada de este nivel abriría la puerta a la Tercera Guerra Mundial.

Estados Unidos, a través de distintos miembros de la Casa Blanca, ya ha hecho saber a Moscú las duras consecuencias que tendría hacer caso a las voces que piden una miniofensiva atómica. Putin se sabe también más solo cada día. Al rechazo mayoritario internacional a la anexión de Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón, se unió este domingo el de los líderes de la República Checa, Estonia, Letonia, Lituania, Macedonia del Norte, Montenegro, Polonia, Rumanía y Eslovaquia, que en un comunicado consideran las acciones de Rusia como una «violación flagrante del derecho internacional. Incluso el papa, de una manera excepcional en sus misas dominicales, apeló directamente al presidente ruso para que «detenga esta espiral de violencia y muerte» por el bien de la humanidad y de los rusos. Francisco cree que ha aumentado «el riesgo de una escalada nuclear» y tampoco quiso dejar fuera de su discurso al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, a quien emplazó a «estar abierto a propuestas serias de paz».

Precisamente, la ausencia de voluntad de Putin y Zelenski para negociar el final de la guerra, salvo que la parte contraria asuma condiciones que ellos mismos consideran inadmisibles, unido a los acontecimientos de este fin de semana, las anexiones y la continuidad de los descalabros de Rusia en el frente, son síntomas para algunos expertos militares de una fuerte subida de temperatura que únicamente puede conducir a escenarios peores. Porque si en algo parecen coincidir los Gobiernos occidentales es que el mundo vive un momento de tensión atómica parecido o incluso superior al de la crisis de los misiles en Cuba de 1962

Arma táctica pequeña

Sin embargo, otros analistas ven difícil que el Kremlin pueda llevar a cabo un ataque nuclear sin que Estados Unidos fuera consciente de ello, incluso si usara un arma táctica pequeña, como los famosos misiles balísticos Iskander. Los preparativos son tan evidentes que resultaría casi imposible que pasasen inadvertidos ante los sistemas de vigilancia y contravigilancia dispuestos por las dos potencias.

La OTAN alertó este domingo a sus aliados de la movilización del submarino nuclear ruso K-329 Belgorod, que ahora mismo estaría navegando por aguas del Ártico. Así lo revelaba este domingo el diario italiano La Repubblica, que advertía que el buque está , un supertorpedo nuclear capaz de desplazarse hasta 10.000 kilómetros bajo el agua una vez disparado. Pese a su espectacular presentación como el arma definitiva, los expertos nucleares sostienen que los misiles intercontinentales almacenados desde hace décadas por Rusia pueden conseguir una devastación parecida.

Avance ucraniano

Mientras Occidente escruta a Moscú, Zelenski festejó este domingo la operación militar de desalojo de Limán. En su discurso matinal a la población, el presidente ucraniano dijo que la ciudad y su entorno se encuentran «completamente liberados». La noche del sábado anunció también que en esta semana entrante «ondearán nuevas banderas ucranianas sobre el Dombás», convencido de que las tropas de Kiev seguirán haciendo retroceder a los invasores rusos.

Poco ha durado en el Kremlin la alegría por la anexión de las regiones ocupadas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia. El Ejército ucraniano entró a primeras horas de la tarde de este sábado en Limán, una localidad perteneciente a la región de Donetsk y lindante con Lugansk que contiene un gran valor militar debido a su condición de nudo de comunicaciones y a su ubicación estratégica dentro del Dombás invadido. La reconquista se produjo menos de veintiséis horas después de que el presidente Vladimir Putin firmase en una ceremonia solemne en el Kremlin los decretos de adhesión de las cuatro regiones de Ucrania para formalizar su regreso a la «patria histórica». La absorción fue ratificada este domingo por el Tribunal Constitucional ruso y entre este lunes y el martes será aprobada por las dos Cámaras parlamentarias. Una vez hecho, los ucranianos que viven en estos territorios pasarán a convertirse en ciudadanos rusos.

La recuperación militar de Limán se produjo de la manera más bochornosa posible para Moscú en estos momentos de euforia. Los ucranianos lograron cercar a unos 5.000 soldados rusos y rebeldes separatistas acantonados en la ciudad en poco más de una noche. Este sábado por la mañana les pusieron incluso unas grabaciones donde una voz femenina les instaba a rendirse por los altavoces.