Enrique Fojón: «Rusia implantará un nuevo telón de acero, Europa cambiará»

INTERNACIONAL

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El coronel de Infantería de Marina en la reserva apunta el papel determinante de que Rusia sea una potencia nuclear.

28 feb 2022 . Actualizado a las 16:51 h.

Coronel del Cuerpo de Infantería de Marina en la reserva, Enrique Fojón Lagoa es doctor en Relaciones Internacionales y profesor del Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado. Entre el 2012 al 2016 fue asesor del ministro de Defensa

—¿Cómo valora militarmente la ofensiva de las tropas rusas?

—Con la información disponible, desde el punto de vista militar las operaciones ofensivas de

las Fuerzas Armadas rusas están bien concebidas. Pero la información sobre la ejecución no es fiable. Están efectuando operaciones para conseguir la superioridad aérea y negar la libertad de acción a las fuerzas ucranianas.

—¿Cuáles son los objetivos de Vladimir Putin?

—Siempre queda la duda de cuál es el objetivo final, pero se infiere que en primer lugar la ocupación de los territorios anexionados por Moscú. Deponer al Gobierno de Kiev era otro objetivo. De esta forma Bielorrusia y Ucrania serían feudos rusos. En ese caso tendríamos un nuevo telón de acero.

—¿Habrá resistencia ucraniana?

—La guerra es un ámbito de incertidumbre, la resistencia ucraniana solo es posible con ayuda extranjera, lo que conformaría un peligroso escenario de tensión en el este de Europa. Es muy posible que Rusia se contente con anexionar lo que considera sus territorios y patrocinar un régimen en Kiev favorable a Moscú.

—¿Rusia puede atacar otros países? ¿Alguno que pertenezca a la OTAN, como los bálticos?

—Rusia implantará un nuevo telón de acero. Atacar a un país de la OTAN es desencadenar el artículo 5 (según el cual un ataque contra un país de la Alianza Atlántica equivale a un ataque contra todos ellos por lo que es obligatorio responder), situación que Moscú no debe de contemplar.

—¿Cree que, como ha dicho el presidente Joe Biden, el objetivo de Putin es restaurar el imperio soviético?

—La conciencia histórica del pueblo ruso es intensa. El objetivo publicado por Moscú es constituir un buffer que impida que la frontera OTAN se sitúe a 200 kilómetros de Moscú, que sería la situación si Ucrania ingresase en la OTAN. Hay que tener presente que a lo que el presidente Joe Biden se refiere como imperio soviético es lo que anteriormente era el imperio zarista. Después de lo que ha pasado Europa cambiará. El centro de gravedad geopolítico mundial está en el Indo-Pacífico y por lo tanto ahí reside el esfuerzo principal norteamericano.

—¿Cómo influye que Rusia sea una potencia nuclear y que ayer mismo Putin pusiera en alerta a sus fuerzas de disuasión nuclear?

—El hecho de que Rusia sea una potencia nuclear determina el ámbito de actuación del instrumento militar antes de pasar a una situación de destrucción mutua asegurada, algo que garantizaría la inutilidad de la actual ofensiva. Según el diario estadounidense The Washington Post, las fuerzas nucleares han sido activadas porque se van a establecer conversaciones con Kiev. Estimo que si hubiese rendición trataría de blindar el resultado.

—¿Ucrania podría ser para Rusia un nuevo Afganistán o no son situaciones comparables?

—Afganistán no es comparable con Ucrania. La difusa finalidad estratégica perseguida en Afganistán durante veinte años, simplemente, no era practicable. Un Afganistán ucraniano sería la ruina de Europa.

Historiadora, profesora, analista de política internacional, autora de Historia de Rusia: de la Unión Soviética a la Federación Rusa, Sara Núñez de Prado es una autoridad en la materia.

—¿Cuáles son los objetivos de Putin?

—Parece claro ya en estos momentos, hacerse con el control de Ucrania. Putin tiene muy claro que para recuperar el orgullo ruso necesita extender todo lo posible su esfera de influencia y las antiguas repúblicas de la URSS adquieren aquí un protagonismo especial. Sobre todo las que están más próximas a Occidente.

—¿Qué consecuencias puede tener en la geopolítica mundial?

—Pues llegado este momento puede pasar cualquier cosa. El centro de Europa, como tal, dejó de existir durante la guerra fría, se recuperó después de la desaparición de la URSS y ahora parece que nuevamente se ve amenazado desde el este, es decir, desde Rusia. Las consecuencias pueden ser muy graves. Desde luego lo que tiene que cambiar es ese sentimiento de que Rusia debía mirar a Occidente y ser considerado aliado fiable que hace algún tiempo defendieron dirigentes europeos e incluso la propia OTAN. También hay que abandonar aquellas ideas que contemplaban, incluso, que la OTAN debía transformarse o, llegando mas lejos, desaparecer. Es claro que Rusia no es un socio ni un posible aliado fiable. Y que si no se le contiene cada vez que se le antoje avanzar hacia un nuevo objetivo lo hará si no encuentra obstáculos firmes al respecto. A día de hoy, la posibilidad de que cambie no solo la geopolítica, sino lo que sería aun más grave, las reglas del derecho internacional y, consecuentemente, la ausencia de respeto hacia las mismas, es un riesgo importante que hay que contemplar. Y evitar.

—¿Cree que, como ha dicho Joe Biden, Putin pretende reconstruir el imperio soviético?

—Por lo menos quiere garantizar lo que considera que es su espacio próximo y que supone para él garantía de seguridad, de fuerza y lo que él entiende por orgullo y respeto hacia su país.

—¿Qué efecto pueden tener las sanciones económicas a Rusia?

—Desgraciadamente pocas y con efectos a medio y largo plazo. Eso no va a detener a Putin de manera inmediata y tampoco va a ayudar a los ucranianos. Es una puesta en escena más para la galería que con efecto real.

—Si la jugada le sale bien a Putin, ¿podría espolear a China a hacer lo mismo con Taiwán?

—La situación es más compleja que un simple, «seguir el ejemplo». Que China anhela Taiwán no es un secreto. Pero no olvidemos que lo que está en juego aquí no es una isla como tal, sino la presencia de Estados Unidos en esa parte del mundo. Si los chinos siguen ese camino sin que se haga nada efectivo por evitarlo la consecuencia ya no será que Taiwán pase a manos chinas, sino que Estados Unidos dejará de ser potencia mundial. Y eso sí que sería un verdadero cambio geopolítico de grandes dimensiones.

—¿Qué puede hacer Europa ante el desastre humanitario que se avecina con la llegada masiva de refugiados?

—Siempre que hay conflicto puede haber desastre humanitario. Lo que Europa tiene que hacer es poner los medios para que esos desplazamientos sean ordenados y no acaben en campos de refugiados sin ley y sin condiciones de subsistencia por debajo de los mínimos.