Los Veintisiete evitan concretar las sanciones a Moscú

O. Hernández BRUSELAS / COLPISA

INTERNACIONAL

El ministro español de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, en Bruselas, en una foto de archivo
El ministro español de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, en Bruselas, en una foto de archivo OLIVIER HOSLET | EFE

La UE prepara con cautela una respuesta «masiva» a una posible agresión rusa  que ponga en juego la seguridad europea

24 ene 2022 . Actualizado a las 22:01 h.

Calma, paz y, sobre todo, diplomacia. Fue el mensaje principal que transmitió ayer el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, al finalizar la cumbre europea que analizó la creciente tensión en Ucrania y en la que también participó el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken. «Debemos evitar reacciones que den sentido de alarma incluso en el aspecto financiero», explicó Borrell. Si se agota la vía diplomática, la Unión Europea trabaja con cautela, pero sin pausa en una batería de sanciones, que a día de hoy siguen sin concretar, pero que «están muy avanzadas».

Europa, dijo Borrell, «sabe muy bien» en qué consiste la amenaza rusa —con un despliegue militar en la frontera con Ucrania que Bruselas cifra en unos 140.000 soldados— y prepara «una acción rápida y determinada a nivel internacional». Aseguró, además, que parte del efecto disuasorio por parte de Europa consiste en «mantener el secreto» sobre los posibles castigos a Moscú si socava la unidad territorial de Kiev. Eso sí, volvió a insistir en que la respuesta será «masiva».

La UE se prepara para lo peor, pero espera lo mejor. Mientras, Washington estudia la respuesta a las demandas planteadas por Rusia que, entre otras cuestiones, exige tratados que garanticen la no expansión de la OTAN, en particular a Ucrania, así como la retirada de la Alianza del Este de Europa, algo que los occidentales consideran inaceptable. Borrell volvió a insistir en que la comunicación y el alineamiento entre Europa y EE.UU. son «totales».

La «unidad» fue uno de los aspectos fundamentales de la cumbre europea en Bruselas y Borrell subrayó también la buena sintonía entre los ministros de Exteriores. A la entrada al Consejo, sin embargo, sus opiniones acerca del calado que deben tener los castigos impuestos a Rusia diferían bastante. El ministro de Dinamarca, Jeppe Kofod, no descartó que Rusia siga aumentando la presión y haga efectiva su amenaza de invadir Ucrania y pidió «sanciones nunca vistas que vayan más allá de aquellas que se tomaron en el 2014», cuando la anexión de Crimea. El jefe de la diplomacia de Luxemburgo, Jean Asselborn, en cambio, descartaba la posibilidad de una guerra inminente. Su homólogo español, José Manuel Albares, también defendió la diplomacia y destacó la gravedad de las acciones de Rusia, que ponen «en juego la seguridad europea». 

1.200 millones en ayudas

A medida que la presión sobre Kiev aumenta, la UE redobla sus muestras de apoyo. No solo con palabras, sino con hechos. La Comisión Europea anunció un paquete de ayudas económicas de emergencia al país con valor de 1.200 millones de euros, que se articularán a través de préstamos y subvenciones. Desde la anexión de Crimea, «la UE ha provisto a Ucrania de 17.000 millones», aseguró la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.