Los talibanes logran el control total de Afganistán tras invadir Panshir

mikel ayestaran ISLAMABAD / COLPISA

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Integrantes de las milicias del Frente de Resistencia Nacional (FRN) que luchan contra los talibanes en la región de Panshir
Integrantes de las milicias del Frente de Resistencia Nacional (FRN) que luchan contra los talibanes en la región de Panshir Europa Press

«Cualquier nueva insurgencia será atacada con firmeza», advierten

06 sep 2021 . Actualizado a las 21:25 h.

Nada se resiste al rodillo talibán en Afganistán, ni siquiera el mítico Panshir, el «valle de los cinco leones» que no pudieron conquistar ni el Ejército Rojo, ni los propios islamistas en los 90. Tras varios días de negociaciones y de escaramuzas, llegó la gran operación talibán que acabó con la oposición del Frente de Resistencia Nacional (FRN) y el portavoz islamista, Zabihullah Mujahid, proclamó: «Hemos capturado Panshir. Con esta victoria, nuestro país sale por completo de la ciénaga de la guerra. La gente vivirá ahora en libertad, paz y prosperidad». Esta victoria otorga al nuevo régimen el control de todo el territorio afgano, algo que los islamistas no lograron en su primer mandato entre 1996 y el 2001.

El anuncio talibán, acompañado de fotos y vídeos de los combatientes izando la bandera del Emirato en la capital del Panshir, recibió la respuesta en las redes sociales de Ahmed Masud, hijo del mítico comandante muyahidín Ahmed Sha Masud, asesinado pocos días antes de los atentados del 11-S. El joven Masud lidera el movimiento de resistencia y en un mensaje de audio difundido a través de las redes sociales llamó a «levantarse por la dignidad, la libertad y la prosperidad» de Afganistán. Afirmó encontrarse a salvo, en un lugar seguro que no reveló. El FNR explicó que mantiene «posiciones estratégicas» en la zona y se mostró dispuesto a «continuar» con su lucha frente al Emirato. El problema es que, a diferencia de lo que ocurría cuando Panshir era el gran aliado de EE.UU., esta vez no recibe apoyo del exterior y así resulta imposible hacer frente al poderío talibán.

El mensaje de Masud molestó a Muyahid, quien sostuvo que trataron de resolver las diferencias por medio del diálogo y advirtió que el Emirato Islámico «es muy sensible» ante las insurgencias. «Cualquiera que intente iniciar una insurgencia será atacado con firmeza. No permitiremos otra», dijo.

Los talibanes informaron que Masud y el exvicepresidente del país, Amrullah Saleh, habrían escapado al vecino Tayikistán. A los hombres que se sumaron a las filas del FNR y al resto de exsoldados del Ejército Nacional, les pidieron que se alisten en la nueva fuerza del Emirato.

Esta pequeña provincia montañosa al norte de Kabul, blindada por la muralla natural del Hindu Kush, se había mostrado inexpugnable en el pasado y allí se forjó toda una leyenda en torno a su resistencia.

Frente a la etnia pastún, mayoritaria entre los talibanes, este es el bastión de los tayikos, la segunda etnia más importante del país; hablan dari (dialecto del persa) y se erigen como una alternativa de carácter integrador y más aperturista que los pastunes.

En una reciente entrevista con este medio el escritor afgano Natiq Malikzada recordaba que «Kachkan es la tierra en la que no pudo entrar Alejandro Magno y Kachkan es el primer nombre de Panshir, Gengis Khan también sufrió para poder entrar Lwa verdadera dificultad para conquistarlo es su gente. En la época moderna ellos fueron quienes lanzaron la guerra de guerrillas contra el Ejército Rojo, que luego se extendió por el resto del país». Los talibanes acabaron con la leyenda y su bandera ondea en estas montañas hasta ahora inexpugnables.

Nuevo equilibro de poder

Conquistado el Panshir, los talibanes tienen todo listo para anunciar su nuevo Gobierno. Solo falta conocer la fecha, que algunos medios locales apuntan a que podría ser el 11 de septiembre por el simbolismo de la jornada (los atentados de 2001 en EE.UU.), pero los islamistas ya adelantaron a la cadena Al Jazeera que han invitado a Turquía, China, Rusia, Irán, Pakistán y Catar a la ceremonia inaugural. Los talibanes no quieren ser un Estado paria y apartado del mundo como lo fueron en los noventa y la presencia de estos países adelanta que el vacío dejado por Estados Unidos y el resto de potencias occidentales lo llenarán sobre todo los vecinos y países musulmanes cercanos.

El nuevo régimen tendrá un Líder Supremo al estilo de Irán, que será el jefe del movimiento, mulá Hibatula Ajunzada, y la cabeza política será el mulá Baradar. Ante la insistencia de la prensa sobre la fecha para anunciar el gabinete, el portavoz talibán explicó que se hará público «en los próximos días», una vez se resuelvan algunas «cuestiones técnicas».

Además de chinos, rusos, iraníes, turcos, pakistaníes y cataríes, también la ONU se acercó este lunes a los talibanes. El enviado humanitario del organismo internacional, Martin Griffiths, llegó a Kabul y, tras reunirse con las nuevas autoridades, emitió un comunicado en el que recogió que los talibanes manifestaron que «la seguridad del personal humanitario y el acceso humanitario a las personas necesitadas estarán garantizados, y que los trabajadores humanitarios [tanto hombres como mujeres] tendrán garantizada libertad de movimiento». La ONU envió un avión con más de 50 toneladas de suministros y tiene previsto organizar el próximo día 13 una conferencia internacional para recaudar fondos y hacer frente a la «catástrofe humanitaria» que sufre Afganistán.

Entre los combates y la diplomacia, la vida de los ciudadanos sigue adelante. Ha arrancado el curso en las universidades. La nueva legislación acaba con las clases mixtas y a partir de ahora hombres y mujeres podrán estar en la misma aula, pero separados por una cortina. El portavoz islamista, Mujahid, insistió en que «las mujeres son una parte importante» de la sociedad afgana y afirmó que se respetarán sus derechos conforme a la sharia o ley islámica.