Sócrates se queda solo y carga contra Costa tras conocer que será juzgado
INTERNACIONAL
El exmandatario responderá por 6 de los 31 delitos que se le imputaban
19 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El ingeniero José Sócrates (Vilar de Maçada, Alijó, 1957) quien presidió el Gobierno y fue el Secretario General del Partido Socialista luso (PS) entre febrero del 2005 y abril del 2011, cuando Portugal pidió el rescate a la troika, no se conforma con el veredicto de Ivo Rosa, el juez de instrucción del macroproceso bautizado como la operación Marqués, y ha salido a la palestra para reafirmar su inocencia, cargando contra el sistema judicial portugués, contra el que fue su número dos, el actual primer ministro António Costa, y contra la cúpula de su expartido, el PS, al que acusa de «traición y abandono por no haberlo apoyado y dejarme solo».
La Fiscalía le imputaba al ex primer ministro portugués 31 delitos de corrupción, -por valor de 34 millones de euros-, tráfico de influencias, fraude fiscal y blanqueo de capitales, de los que fue liberado de 25, por el juez Ivo Rosa, entre ellos todos los de corrupción, algunos por haber prescrito. También estaban imputadas otras 16 personas y 9 empresas, como el expresidente del Banco Espírito Santo (BES) Ricardo Salgado, los exadministradores de la operadora Portugal Telecom, Zeinal Baba y Henrique Granadeiro, el exadministrador de la Caixa Geral de Depósitos, Armando Vara, su amigo y testaferro Carlos Santos Silva y su conductor João Perna. Aunque solo irán a juicio Santos Silva, por los mismos crímenes que Sócrates, Salgado, por abuso de confianza, Vara por blanqueo de capitales y Perna por posesión ilegal de arma.
Sócrates eligió para su comparecencia ante la prensa extranjera, una cafetería discreta en Ericeira, a 30 km de Lisboa, donde reside. Sus primeras críticas fueron contra el juez Carlos Alexandre, elegido por la Fiscalía para iniciar la investigación, entre el 2014 y el 2017. Alexandre ordenó su detención en noviembre del 2014, y su posterior prisión preventiva de nueve meses. «Fui injustamente tratado y juzgado antes de tiempo, por la opinión pública y por el ministerio público, que eligió a dedo el juez más conveniente para detenerme y tenerme preso nueve meses», afirma tajante. «Soy inocente de los 31 crímenes, incluidos los tres de lavado de capitales y los tres de falsificación documental, de los que me acusa Ivo Rosa», insiste. «Sufro una persecución sin precedentes y no pararé hasta probar que no he sido un primer ministro corrupto», añade.
Traición del Partido Socialista
Otra de las dianas de las críticas de Sócrates, el día que presentaba su último libro, Só agora começou, (Solo ahora ha comenzado), fue la cúpula del Partido Socialista portugués (PS) al que dejó de pertenecer en el 2018, y en especial a su secretario general, y actual primer ministro, António Costa. «He sido traicionado por los dirigentes del que fue mi partido tantos años, que me debe la única mayoría absoluta que ha tenido el PS en 47 años», insiste el exjefe del Gobierno luso. «Escribí este libro y me desvinculé del PS cuando me traicionaron», reconoce y continúa: «Nunca me imaginé que el PS, al que no pedí nada, tuviera esa actitud tan mezquina, condenándome sin darme opción a defensa». Y añade: «Eso no se lo permito ni al Partido Socialista ni a nadie».
Cuestionado sobre su posible candidatura a la presidencia de la república, como avanzó el exgobernante a La Voz en septiembre del 2017, se muestra cauteloso. «Mi vida en Ericeira es tranquila, sin grandes planes a corto plazo. Estoy centrado en llegar hasta el final para demostrar mi inocencia», confiesa.
El apoyo de Dilma Rousseff
José Sócrates no dudo en ensalzar al expresidente brasileño Lula da Silva, uno de sus pocos apoyos internacionales, ante los periodistas extranjeros. «No quiero comparar el proceso Lava Jato y la operación Marqués, aunque como saben admiro profundamente al presidente Lula da Silva, siempre dispuesto a ayudarme, y a su sucesora Dilma Rousseff, quien ha escrito el prefacio de mi libro». Sócrates no quiso confirmar los apoyos de mandatarios europeos. Limitándose a decir hay: «Hay políticos europeos que me apoyan aunque no quiero dar sus nombres públicamente».