«Quiero volver a casa», claman los venezolanos huidos a Colombia por los combates en la frontera

Jebrail Mosquera y Jorge Gil ARAUQUITA / EFE

INTERNACIONAL

Los venezolanos desplazados fueron acogidos en un polideportivo de la localidad fronteriza de Arauquita (Colombia)
Los venezolanos desplazados fueron acogidos en un polideportivo de la localidad fronteriza de Arauquita (Colombia) COLOMBIAN OMBUDSMAN OFFICE | Reuters

El alcalde de Arauquita denuncia que no tienen medios para atender a los más de 3.000 desplazados

25 mar 2021 . Actualizado a las 17:51 h.

Clara Rangel es una de los más de 3.000 venezolanos que han llegado en los últimos días a la localidad colombiana de Arauquita huyendo de los combates entre la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y una disidencia de las FARC al otro lado de la frontera. «Quiero volver pronto a mi casa, porque de verdad que esto es muy difícil», cuenta Rangel, que con su voz refleja lo que sienten las miles de personas que lo dejaron todo en el estado venezolano de Apure, limítrofe con el departamento colombiano de Arauca, por la violencia.

Rangel, acogida en uno de los once albergues instalados por las autoridades colombianas para atender a los desplazados, reside en un sector conocido como Santa Rosa -que forma parte del pueblo venezolano de La Victoria, separado de Arauquita por el río Arauca- y relata que el domingo empezaron a escuchar disparos. «Uno no está acostumbrado a vivir esto y menos este terror. Este es un terror que vivimos como venezolanos, como seres humanos, que no debería pasar nadie», lamenta.

Es por ello que pide a quienes se enfrentan que le informen a la comunidad antes de que empiecen los choques o que lo hagan «lejos de los niños, las personas, lejos de una ciudad y de una comunidad entera» que en este caso «tuvo que abandonar su casa aterrorizada de que los fueran a matar». «Queremos regresar pronto a nuestras casas, a lo que nos dejen porque sinceramente hay casas que las han destrozado completamente», expresa. 

«Están acabando con todo»

En esa línea Rosa Mejías, otra mujer que huyó de su casa en La Victoria, dice que lo hizo porque «están acabando con todo allá. Está bravo, muy bravo». «No vuelvo a retornar hasta que esa broma [problema] se tranquilice, porque no voy a esperar a que acaben con mi vida allá», agrega.

La directora de la Regional Orinoquía de Migración Colombia, Loida Nieves, señaló que los migrantes integran 780 familias. El alcalde de Arauquita, Etelivar Torres, calificó como «compleja» y «crítica» la situación y señaló que desde ese municipio se escucharon «explosiones, ametralladoras, disparos».

«La madrugada del domingo empezamos a recibir a los primeros (...) y ya el lunes a las 17.00 horas teníamos a más de 1.200 venezolanos, y el miércoles contabilizábamos 2.998», expresó. El jueves ya eran 3.157 y «el pronóstico es que van a seguir llegando mujeres embarazadas, niños, adultos mayores y esta situación ha desbordado completamente nuestra capacidad», añade.

Por ello, calificó lo que está ocurriendo como «una crisis humanitaria» y precisó que «hay muchos adultos mayores que han demandado atención médica y han colapsado nuestro sistema de salud».

«No tenemos cómo suministrarle las calorías mínimas que requieren todas estas personas y por esto hacemos un llamado a que nos ayuden para poderle llegar con esa ración mínima a las más de 3.000 personas que tenemos concentradas hoy», apostilló.

La Defensoría del Pueblo de Colombia instaló una comisión humanitaria en Arauquita para asistir a los miles de venezolanos que desde el fin de semana han llegado a esa zona fronteriza y se encuentran en albergues temporales.

El director para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, expresó su preocupación por los más de 3.000 «venezolanos que han llegado a Arauquita (Colombia) huyendo de enfrentamientos entre militares venezolanos y disidencias de las FARC». «Estamos monitoreando la situación. La dictadura y los grupos armados deben respetar a la población civil», escribió Vivanco en su cuenta de Twitter.