Borrando el pasado
En la campaña para las elecciones del 2019, Boris Johnson prometió que tras el brexit aumentaría el gasto público en áreas como educación, seguridad, vivienda y salud. Una oferta que ha mantenido pese a la devastadora crisis económica desatada por el covid-19. «Nunca me ha gustado particularmente el término austeridad y ciertamente no será parte de nuestro enfoque político», declaró el año pasado el primer ministro tory, cuando se le consultó si aplicaría la misma receta que su correligionario conservador David Cameron puso en marcha en el 2010 nada más llegar al poder, que incluyó recortes presupuestarios y subidas de impuestos.
Si Cameron no ha dudado en criticar a Johnson por cómo ha negociado la salida del país de la UE (además de señalar que solo apostó por el brexit por rédito político), parece que el actual premier no tendrá ningún reparo en borrar el legado de su antecesor.