Ofensiva contra asociaciones radicales
El presidente Emmanuel Macron adelantó el martes que este miércoles se aprobaría en el Consejo de Ministros la disolución del colectivo propalestino Cheikh Yassine por estar «directamente implicado» en este atentado islamista. Cheikh Yassine fue fundado por el militante islamista radical Abdelhakim Sefrioui, informa Colpisa.
Sefrioui acompañó al padre de una alumna a ver a la directora del colegio donde enseñaba Samuel Paty para quejarse porque el profesor había enseñado a su clase las caricaturas de Mahoma. Juntos hicieron después un video arremetiendo contra el profesor que divulgaron en las redes sociales y se hizo viral.
El ministro de Interior, Gérald Darmanin, anunció el lunes que el Gobierno quiere disolver varias organizaciones que considera «enemigas de la República», entre ellas el Colectivo contra la Islamofobia en Francia (CCIF) y la ONG musulmana Baraka City. El CCIF, creada en el año 2000, se presenta como una asociación en defensa de los derechos humanos cuya misión es combatir la islamofobia. Pero muchos en Francia la consideran «el caballo de Troya» de islamismo, según el semanario Le Nouvel Obs. Algunos incluso le acusan de estar vinculada con los Hermanos Musulmanes, lo que ellos niegan.
Bajo sospecha
El CCIF asegura que ellos no tienen «nada que ver con la campaña de acoso que llevó al vil atentado de Conflans-Sainte-Honorine». Explican que el padre de la alumna les contactó para que se abriera un expediente por discriminación, basándose en el hecho de que el profesor Paty habría pedido a los alumnos musulmanes salir del aula en el curso de libertad de expresión en el que enseñó las caricaturas de Mahoma. Esta asociación asegura que ellos le pidieron al padre que retirara inmediatamente el vídeo y dejara de hablar de este asunto hasta que alguien de la organización se pusiera en contacto con él. El profesor fue decapitado antes de que pudieran hacerlo.
En el punto de vista del ministro de Interior también está la organización de ayuda humanitaria islámica Baraka City, que hace obras caritativas en los barrios populares con una fuerte inmigración y es muy activa en las redes sociales. Cercana a los salafistas, está fundada por Idriss Sihamedi, también incluido en el «fichero S» por ser susceptible de radicalización. Los responsables de esta ONG aseguran que «no ha cometido ningún acto ilegal que justifique su disolución.