La pandemia alza a Marcus Söder como sucesor de Angela Merkel

patricia baelo BERLÍN / E. LA VOZ

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LINO MIRGELER / DPA

El primer ministro de Baviera es el segundo político mejor valorado, solo por detrás de la canciller alemana

27 jul 2020 . Actualizado a las 09:26 h.

Las quinielas estaban echadas, y llegó el covid-19 y lo puso todo patas arriba. Incluida la carrera por la sucesión de Angela Merkel al frente de la cancillería alemana, cuando la dama de hierro se retire, a más tardar al final de la presente legislatura. A principios de año había dos claros favoritos para liderar la Unión Cristianodemócrata (CDU) tras la renuncia de Annegret Kramp-Karrenbauer y optar a la jefatura del Gobierno de cara a las elecciones de 2021: Armin Laschet, representante del ala conservadora moderada, y el abogado Friedrich Merz, que insiste en que el partido vire aún más a la derecha. Ambos, hombres, oriundos del land más poblado del país, Renania del Norte-Westfalia, y rondando los 60 años de edad, medirían fuerzas en el congreso extraordinario que iba a celebrar la CDU los pasados 25 y 26 de abril.

Sin embargo, la pandemia obligó a cancelar la cita y posponer la cuestión sucesoria hasta diciembre, cuando se prevé que tenga lugar el congreso anual de la formación. Pero, además, la crisis ha catapultado a un tercer aspirante. Se trata de Markus Söder, líder de la CSU y primer ministro de Baviera, el land alemán más afectado por el covid-19, que se ha adelantado en su gestión y desmarcado del resto de los jefes de Gobierno regionales desde el principio. 

Cierre de colegios y test

Lo hizo cuando optó por cerrar los centros educativos, y al día siguiente le siguieron el resto de los länder, o cuando decretó el aislamiento obligatorio, al que después se sumaron otros estados, como el Sarre. Su última propuesta, ofrecer test gratuitos en los aeropuertos de Baviera a quienes regresan de vacaciones, entrará en vigor muy pronto.

Todo ello ha hecho que Söder sea hoy el segundo político mejor valorado, solo por detrás de Merkel, según la encuesta que elabora la cadena pública ZDF. Con lo que tanto medios como ciudadanos se preguntan si será el candidato definitivo que presente el bloque conservador, formado por la CDU y su partido hermano, la Unión Socialcristiana bávara (CSU) en el 2021. Él siempre intenta responder con evasivas, aunque la última vez fue bastante más claro. «Mi lugar está en Baviera. Las valoraciones en los sondeos obedecen a efectos puntuales», sostenía Söder ayer en una entrevista televisiva.

No obstante, los rumores cobraron fuerza a raíz de que la semana pasada Merkel le visitara en el suntuoso palacio bávaro de Chiemsee. Tanto el enclave como la cantidad de medios asistentes y la sintonía que mostraron ambos hacen pensar que fue un espaldarazo de la canciller, quien por fin ha hecho las paces con la CSU. Ello después de que el que fue líder del partido en el 2015, Horst Seehofer, actual ministro del Interior en la gran coalición, amenazara con demandarla ante el Tribunal Constitucional por abrir la frontera a los refugiados. La tradición dicta que ambas formaciones hermanas consensúen una única candidatura conservadora, en lugar de competir en las urnas.

Ahora todo indica que la canciller podría decantarse por alguien de la CSU, a falta de otro aspirante mejor en sus propias filas. Algo que solo ha ocurrido una vez, concretamente en el 2002, cuando el líder bávaro Edmund Stoiber se presentó como candidato conjunto a las elecciones, que terminó perdiendo por la mínima ante el socialdemócrata Gerhard Schröder. Sobre todo porque Merz ha desaparecido del mapa, tras unas cuantas declaraciones desafortunadas, y Laschet, líder de Renania del Norte-Westfalia, otro de los länder más golpeados por la pandemia, ha sido muy criticado por acelerar la desescalada y afrontar el mayor número de rebrotes del país. El único que podría pararle los pies a Söder es el ambicioso ministro de Sanidad, Jens Spahn, quien a raíz del covid-19 se sitúa como el tercer político con más apoyo.