La última línea de defensa de Trump

lucía leal WASHINGTON / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Donald Trump, este jueves, durante el encendido del alumbrado navideño en la Casa Blanca
Donald Trump, este jueves, durante el encendido del alumbrado navideño en la Casa Blanca Oliver Contreras / Efe

Dos abogados trabajan en un búnker bajo el Despacho Oval para frenar el avance del «impeachment»

06 dic 2019 . Actualizado a las 17:25 h.

En una especie de búnker bajo el Despacho Oval, dos estrategas construyen un escudo mediático frente al probable juicio político a Donald Trump, convencidos de que ganarán el pulso más importante para la Casa Blanca: la batalla por la opinión pública.

Pam Bondi repite sin parar la palabra «injusto». Con ella describe un proceso -la investigación demócrata contra Trump- que Tony Sayegh y ella intentan erosionar desde que se instalaron en noviembre en el ala oeste, armados con frases redondas para disparar en televisión y regalar a sus aliados en el Congreso. «Estamos ganando la batalla», garantiza Bondi en un encuentro con un grupo de medios, entre ellos Efe, en la Casa Blanca.

Durante casi dos meses, Trump se resistió a crear una sala de crisis para coordinar la respuesta de la Casa Blanca a la investigación de los demócratas, por miedo a que hacerlo le hiciera parecer culpable. Pero el comienzo de las audiencias públicas en la Cámara Baja y la presión de algunos republicanos en el Senado le persuadieron de que, si no abandonaba sus tuits improvisados, tenía que unificar el discurso de la Casa Blanca y los conservadores en el Capitolio.

La repetición de las mismas ideas y los ataques a la presunta falta de garantías para Trump se convirtieron en los pilares del trabajo de Bondi y Sayegh, dos figuras cercanas a la familia del presidente que han encajado como un guante en la Casa Blanca.

El 48 % de los estadounidenses respalda un juicio político contra Trump, un porcentaje que casi no ha variado estos dos meses. Si no crece ese respaldo popular al impeachment, será improbable que los demócratas arañen la veintena de votos republicanos que necesitarían para destituir a Trump en un juicio político en el Senado, donde haría falta una mayoría de dos tercios.

Eso explica el aire triunfal de los estrategas, y el pronóstico de Sayegh de que los demócratas no solo perderán el pulso contra Trump, sino que «les costará cara en las urnas» en el 2020. «Hay un país entero entre Nueva York y Los Ángeles, y esa parte del país no cree que el juicio político sea importante. Les importan más sus trabajos, sus nóminas, su seguridad», argumenta Sayegh. 

Una incondicional

Cuando era fiscal general de Florida en el 2018, Bondi se convirtió en una de las primeras políticas del estado en respaldar a Trump, y ahora es el rostro de la operación mediática. Su bagaje legal se combina con su imagen perfecta según el canon televisivo del presidente: alta, elegante, con una larga melena rubia.

Saveygh, por su parte, trabajó durante dos años en el Departamento del Tesoro de Trump y forjó una relación cercana con la hija del presidente, Ivanka, y su marido, Jared Kushner.

«También trabajamos de cerca con nuestros aliados en el Capitolio, nos reunimos frecuentemente con ellos», agrega. Así han conseguido que sus lemas para socavar la investigación acaben en labios de congresistas republicanos como Jim Jordan, un férreo aliado de Trump que se unió al Comité de Inteligencia para defender al presidente en las audiencias. Con Jordan en la Cámara Baja y sus nuevos estrategas en la Casa Blanca, pocos esperan que Trump decida cooperar o participar en las audiencias.

«¿Por qué querría nadie ir a ese sitio? El proceso es injusto», insiste Bondi, y añade un matiz muy importante para el presidente: «Ya nadie las ve».