La UE prefiere un «brexit» duro en lugar de prolongar la agonía

Cristina Porteiro
CRISTINA PORTEIRO BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Activistas proeuropeos en una protesta en Londres
Activistas proeuropeos en una protesta en Londres FACUNDO ARRIZABALAGA | EFE

Bruselas descarta una prórroga para que May logre más apoyos

16 feb 2019 . Actualizado a las 09:17 h.

Westminster está en llamas y no hay cortafuegos eficaz que extinga el incendio. La primera ministra británica, Theresa May, sufrió esta semana su penúltima derrota política en la Cámara de los Comunes, acercando un poco más a su país hacia el precipicio. Quedan 42 días para abrir el telón del brexit y el caos entre el equipo de producción es absoluto. El bloqueo persiste en Londres y no se atisba acuerdo posible. Fuentes de la UE califican este escenario de «alucinante» y «realmente irracional». «Está empezando a ser una crisis de Estado», señalan.

El enconamiento de los tories desleales a May y la resistencia de los laboristas a apoyar un acuerdo por miedo al precipicio ha dejado a la primera ministra británica sin cartas en la mano: «Nos acercamos al punto de no retorno. La ratificación parlamentaria del acuerdo es muy urgente. Incluso en un escenario favorable, probablemente necesitaríamos un tiempo extra», explican altas fuentes diplomáticas.

Pero en los planes de la UE no está conceder una tregua sine die. Las cancillerías europeas están dispuestas a postergar el brexit para terminar los trámites legislativos solo si May llega a Bruselas con una solución pactada. Pero, ¿con quién? La opción más realista es que atraiga hacia ella a una parte de los laboristas. «Tenemos claro que no vamos a entrar en negociaciones de ida y vuelta en las que digamos una cosa, May la chequee en Westminster y venga de vuelta con otra ligeramente distinta», subrayan fuentes españolas. Tampoco hay apetito de conceder tiempo extra para quienes todavía albergan la esperanza de que el viento cambie de dirección y se convoque un segundo referendo: «Nada de una extensión para permitir una evolución de la política interna en el Reino Unido». En otras palabras: Que los británicos solucionen sus propios problemas.

Temor a Corbyn

La premier se resiste a confluir con las iniciativas laboristas para desatascar la situación. Si el líder del partido de la oposición, Jeremy Corbyn, abrió campo con sus propuestas hacia una unión aduanera con la UE, May lo ha cerrado. «El problema añadido es su debilidad. Como nadie cree que lo que negocia esté garantizado, nadie está empujando mucho para llegar a un acuerdo con ella», insisten esas mismas fuentes.

Grieve asegura que la mitad de los ministros podrían dimitir si no hay un acuerdo de salida La situación está tomando unos tintes tan dramáticos que la UE ya trabaja en el escenario de un brexit duro. Y no solo eso. «Probablemente sea mejor el precipicio que una prolongación larga de las negociaciones. Un corte limpio para no distraernos y dar margen a potenciales divisiones en la UE», desliza un alto cargo diplomático. Las elecciones europeas están a la vuelta de la esquina (26 de mayo) y ningún Gobierno europeo quiere que el divorcio con el Reino Unido interfiera.

Mientras, en Londres, Dominic Grieve, uno de los más significados proeuropeos del partido de May, lanzó otra advertencia a la premier: Más de la mitad de sus ministros, hasta una docena, dimitirán en las próximas semanas si la única salida para el divorcio con Bruselas es una ruptura sin acuerdo.

Sin embargo, los tories euroescépticos, continúan presionando a May para que mantenga sobre la mesa la opción de una ruptura abrupta, un escenario que podría perjudicar a ambos lados del Canal de la Mancha, al considerar que es una baza negociadora favorable al Reino Unido en el diálogo con Bruselas.