La UE tan solo ofrece un simple acuerdo comercial a Londres

La Voz BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

EMMANUEL DUNAND | Afp

Donald Tusk rechaza los planes de May y le niega acceso exclusivo al mercado interior

08 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Esta será la primera vez en la historia de los acuerdos de libre comercio en la que se debilitan los lazos económicos en lugar de fortalecerlos», aseguró ayer con resignación el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. El polaco ya ha enviado a todas las capitales de la UE las nuevas directrices para negociar la futura relación entre los 27 y el Reino Unido de cara a la culminación del brexit. Sus líneas dejan entrever que no habrá otra solución que negociar un acuerdo comercial que cubra «todos los sectores» y que mantenga «aranceles cero» al intercambio de bienes.

Las líneas rojas marcadas el pasado viernes por la primera ministra Theresa May no dejan otra alternativa a la UE que tratar a los británicos como si de canadienses o noruegos se tratara. Londres no quiere seguir dentro del mercado único, tampoco en la unión aduanera ni acatar las jurisdicción del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). Los 27 respetan la decisión, pero señalan a May que no podrá recurrir al «picoteo» para meter dentro de la cesta al sector de los servicios financieros, tan importante para la City.

Reino Unido aspiraba a conseguir un estatus privilegiado entre los socios de la UE prometiendo únicamente alinear sus estándares en materia laboral, medioambiental, sanitaria o fiscal y garantizando los derechos de los europeos que llegasen al país antes del inicio del período transitorio. Una oferta insuficiente para los 27, que siguen exigiendo a May menos ambigüedad y más detalles de lo que quiere exactamente. Los líderes solo tienen claro hasta ahora que nadie saldrá ganando del divorcio: «No habrá ganadores tras el brexit, solo perdedores», admitió el primer ministro luxemburgués, Xavier Bettel, en una rueda conjunta con Tusk.

El polaco suscribió sus palabras y advirtió de que la futura relación entre europeos y británicos será «más complicada y costosa» que hoy. «Es la esencia del brexit», añadió el conservador quien cree que los negociadores británicos «no deberían sorprenderse» de las líneas maestras del plan urdido por la UE. No han dejado más alternativas.

Lo que ofrece en esencia la UE es un catálogo muy limitado de cooperación sin fronteras en materia de seguridad y defensa. Los 27 están dispuestos a seguir participando con los británicos en materia de investigación e innovación, educación y cultura. «No queremos construir un muro entre la UE y el Reino Unido», sostuvo Tusk, quien propone evitar cualquier distorsión «absurda» que lleve a restringir o dificultar los vuelos a uno y otro lado del Canal de la Mancha. La Eurocámara apuesta por un Acuerdo de Asociación con cuatro capítulos: libre comercio, cooperación en seguridad y defensa, intercambio de información y participación temática (Erasmus, aviación). ¿Por qué un Acuerdo de Asociación por capítulos? «Queremos evitar una inflación de acuerdos sin consistencia y sin gobernanza como el de Suiza», sostuvo ayer el responsable de la institución para el brexit, Guy Verhofstadt.

La solución para el enjambre de problemas que se avecinan por la frontera de Irlanda del Norte todavía no se ha alumbrado. La UE espera la prometidísima «solución creativa» de Londres. May insiste en volver a sus tesis del pasado agosto, las cuales no ofrecen garantías para evitar una frontera física en un territorio donde las tensiones no han desaparecido por el Acuerdo de Viernes Santo.

Salvar los intereses de la City

Londres insiste en un acuerdo con la UE que permita a sus bancos continuar ofreciendo servicios financieros en países comunitarios tras el «brexit». En un discurso en la City el ministro de Economía, Philip Hammond, aseguró que la «fragmentación» del poder financiero del Reino Unido no beneficiaría a otras plazas europeas, sino a centros como Nueva York, Singapur y Hong Kong. Criticó a los «escépticos» que creen imposible incluir el acceso a servicios financieros en un acuerdo de libre comercio. Por contra, abogó por que la UE tenga en cuenta los intereses particulares del Reino Unido porque lo contrario, afirmó, sería injusto.