Maduro pone a su ejército en alerta para frenar las divisiones internas

PEDRO GARCÍA OTERO CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Miguel Gutiérrez | EFE

Los sublevados se apoderaron de al menos cien armas y piden la movilización popular

08 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Un día después del asalto al parque de armas de uno de los cuarteles más importantes de Venezuela, el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino, afirmó que «se ha desplegado un operativo para la búsqueda y captura de oficiales que encabezaron el ataque a la 41 Brigada» y confirmó que el botín que se llevaron los alzados, 93 fusiles y al menos cuatro lanzagranadas, no fue recuperado.

Maduro ordenó poner en alerta al Ejército para dar sensación de normalidad y evitar que se multiplique una sensación generalizada de descontento, al tiempo que las fuerzas de seguridad multiplicaron su actividad en busca de los participantes en el asalto al cuartel de Valencia.

Padrino desmintió la versión ofrecida el domingo, que señalaba que un solo funcionario castrense había participado en los hechos, señalando que al menos el teniente al cuidado del parque de armas era cómplice del robo. Sugirió el ministro que la acción busca «empañar el resultado de la elección e instalación de la Constituyente» y confirmó que los comandantes del grupo insurrecto continúan en libertad, entre ellos Juan Caguaripano, capitán de la Guardia Nacional que está en la clandestinidad desde hace tres años y que lideró el ataque.

Caguaripano fue implicado en el 2014 en el denominado «golpe azul», denunciado por Nicolás Maduro que, según el mandatario, darían, fundamentalmente, miembros de la Fuerza Aérea (cuyo uniforme es de ese color). Por el caso han sido condenados a penas de hasta 30 años de cárcel ocho altos oficiales.

Por el asalto al cuartel del domingo hay ocho civiles detenidos que, según el ministro de Defensa, fueron «llevados engañados» a cometer el hecho en Valencia, en el centro de Venezuela. Al menos uno de ellos no es civil, sino militar, pero esto no lo dijo Padrino. Se trata del teniente Oswaldo Gutiérrez, que desertó hace tres meses de la Fuerza Armada y que es hijo de la alcaldesa Yosmary Guevara, del municipio La Trinidad, en Yaracuy, occidente del país, y militante del partido de Gobierno, el PSUV. Medios regionales indicaron que la policía política interrogó a la funcionaria y la trasladó a Caracas para continuar las investigaciones.

Los llamamientos de Caguaripano y al menos otra persona vestida de militar que pedían a la ciudadanía que se sublevara contra el Gobierno de Maduro tuvieron escaso eco, salvo por incidentes aislados en Barquisimeto, centro del país, Maracaibo, en el occidente, y algunas zonas de Caracas. Desconocidos hackearon las web de al menos 27 organismos públicos invitando a la insurrección civil y a respaldar a la «Operación David», como Caguaripano bautizaron el robo de las armas de la 41 Brigada Blindada de Valencia. 

Preocupación internacional

Mientras, la Unión Europea manifestó nuevamente su preocupación por la situación en Venezuela a través de un comunicado suscrito por el Servicio Europeo de Acción Exterior, en el que se señala que la destitución de la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, por parte de la Constituyente (que la UE no reconoce) «debilita aún más la perspectiva de Venezuela para una vuelta pacífica al orden democrático», y reitera que el Gobierno venezolano «tiene la responsabilidad de garantizar el respeto a la Constitución».

Alan Duncan, canciller del Reino Unido, se comunicó con su homólogo español para coordinar posiciones en relación con una reunión de cancilleres latinoamericanos que se encontrarán hoy en Lima.

El Gobierno de Emmanuel Macron, en tanto, indicó a través de un portavoz que la destitución de Ortega «no contribuye a la paz de Venezuela», y señaló que el país seguirá «con atención» la situación de la fiscal venezolana.

CESAR QUIAN

Beiras acusa a la comunidad internacional de apoyar «o golpismo reaccionario»

Las simpatías de la izquierda radical hacia el régimen bolivariano se mantienen intactas a pesar de las sucesivas deserciones en las filas chavistas y el incremento de las víctimas civiles por la represión con la que el Gobierno de Maduro pretende acallar a sus críticos. Ayer, el octogenario Xosé Manuel Beiras, referente de En Marea, lanzó tres mensajes consecutivos en sus redes sociales en los que se posicionaba en contra de la oposición. «Hugo Chávez convirtíu en cidadáns libres aos nadies, que dixo Galeano, os ninguneados, os monos. Agora o golpismo reaccionario internacional quere volver reducilos a servos. ¡Pois non! Viva a República Bolivariana de Venezuela e a nova Asamblea Constituínte!», escribió Beiras en su perfil.

Por su parte, En Marea y el BNG coincidieron ayer al condenar los «actos violentos» contra instituciones democráticas en Venezuela después de que trascendiese que un grupo de militares se sublevó contra el gobierno de Maduro al asaltar un cuartel en Valencia. El portavoz de En Marea, Luís Villares, aseguró que «un levantamiento armado no es la forma de solucionar un conflicto social». «Cualquier alzamiento de armas contra una democracia que suponga la alternativa a la solución pacífica de un conflicto social nos parece una mala noticia», declaró.

Villares defendió la legalidad de la Constituyente, a pesar de las denuncias de fraude, mientras que el diputado del BNG Luís Bará pidió que se respeten las «instituciones políticas y legales» y reclamó una solución «pacífica» que beneficie a la población, instando a los organismos internacionales y al Gobierno español a «intentar ayudar o trabajar para que haya un proceso de diálogo».