Bruselas lanza un plan de choque ante la crisis migratoria de Italia

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

MAX FRIGIONE | EFE

Alemania y Francia prometen acelerar las reubicaciones de refugiados y piden a los socios que arrimen el hombro

04 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La crisis migratoria en el Mediterráneo no cesa. El lunes la ONU advirtió  a la Unión Europea de que el problema no hará más que empeorar a medida que avance el verano. La avalancha de migrantes procedentes de los puertos libios aumenta el ritmo aprovechando la falta de autoridad en el país norteafricano. Desde allí partieron el 95% de las más de 83.000 personas que arribaron a Italia este año. El Gobierno de Gentiloni denuncia que lo han dejado solo lidiando con un problema que los ha superado. Ante la posibilidad de que pudieran cumplir la amenaza de tomar acciones unilaterales y prohibir los desembarcos en los puertos italianos, el comisario de Migración, Dimitris Avramopoulos, se comprometió a presentar un plan de choque para ayudar al país mediterráneo. Las medidas partirán de un enfoque de «trabajo colectivo en política migratoria», según especificó la portavoz de la Comisión, Natasha Bertaud, quien recordó a Roma que deberá redactar un código de conducta para coordinar las labores de rescate de oenegés, guardacostas y misiones europeas como Sofía en alta mar. 

La movilización de la Comisión Europea llega después de que Alemania y Francia se comprometiesen el domingo ante el Gobierno italiano a acelerar las reubicaciones de refugiados y hacer «pleno uso» de las cuotas que se les asignaron. Un esfuerzo que quieren extender al resto de socios, muchos reacios a arrimar el hombro. Polonia y Hungría siguen siendo la cara visible de la insolidaridad en la UE ya que no han acogido refugiados. Pero detrás de los países de Visegrado se parapetan otros Gobiernos que tampoco comulgan con el programa obligatorio de acogida que acordó el Consejo Europeo en septiembre del 2015.

El ministro de Exteriores español, Alfonso Dastis, aseguró que España no ha recibido ninguna petición formal de ayuda  para desviar a sus puertos embarcaciones rescatadas cerca de la costa italiana e insiste en que cualquier plan de ayuda deberá debatirse en la reunión de ministros del jueves. Otra de las ofertas que ha hecho el eje francoalemán es aumentar la ayuda financiera a Italia, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y Acnur, para mejorar las condiciones de los migrantes en Libia, así como acelerar las labores de formación de los guardacostas libios y los retornos de las personas sin derecho a protección internacional. También se cita la posibilidad de apuntalar las labores de protección de la frontera sur de Libia donde convergen todos los flujos migratorios desde los países de origen. 

El primer ministro italiano exigió a sus socios rapidez y cooperación para evitar «alimentar la hostilidad» de los ciudadanos hacia los migrantes. Cáritas también se sumó a las críticas por la negligente actuación de los 27. «La tarea heroica de lidiar en solitario con el 75% de las llegadas a Europa se está volviendo demasiado difícil sin el apoyo de todos los Estados miembro». La organización reprocha a la UE haber invertido más dinero en prohibir la entrada de migrantes que en integrarlos y pide a los países fronterizos como España que abran sus puertos para ayudar a Italia.