Otra prueba de fuego para la Unión Europea

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

EMMANUEL DUNAND

Bruselas prescinde de plan B y Juncker insiste en que el proyecto sobrevivirá aunque Le Pen gane

23 abr 2017 . Actualizado a las 10:14 h.

Tercera y definitiva prueba de fuego para la Unión Europea. Las elecciones en Francia marcarán un antes y un después en la historia del bloque. Con el Reino Unido fuera, Bruselas cruza los dedos para que la tragedia no se consume de nuevo. La pregunta se repite dentro y fuera de los cuarteles de la Comisión Europea: podemos sobrevivir sin los británicos, pero ¿sin Francia?

¿Por qué la victoria de Marine Le Pen preocupa a Bruselas?

La líder del Frente Nacional quiere renegociar los términos de la pertenencia a la UE, repatriar competencias e imponer sus propias políticas económicas, comerciales y migratorias. De no conseguirlo, abrirá la puerta de salida de la UE. La victoria de Le Pen es la peor de las pesadillas para el equipo de Jean Claude Juncker. La ultraderechista aboga por abandonar el bloque, el euro, restringir la inmigración, imponer aranceles a las importaciones y aumentar el gasto público. El retorno al proteccionismo garantiza un futuro de endeudamiento perpetuo para Francia y el levantamiento de fronteras físicas en el corazón de la UE.

¿Existe un plan de contingencia? 

La Comisión Europea asegura que «no hay razones» para ello y trata de explicar que las elecciones francesas no son «una crisis, sino una oportunidad para que los ciudadanos expresen su voluntad». Cualquiera diría que Bruselas querría más pruebas de fuego de esta envergadura, pero no es así. El Ejecutivo de Juncker admite su preocupación. Mucho más después de ser incapaz de predecir el triunfo del brexit y la victoria de Donald Trump.

¿Con qué otros escenarios se puede encontrar la UE?

La victoria de Emmanuel Macron se ajustaría mejor a los intereses de Bruselas. Es el único candidato que abiertamente respalda la UE y su programa comulga con las políticas promovidas desde los cuarteles europeos. Francia se enfrentará en los próximos meses a nuevas reformas impopulares y Macron apoya la flexibilidad del mercado laboral, la extensión de la jornada semanal y el endurecimiento de las condiciones de jubilación. Su victoria sería un potente antídoto contra eurófobos y una garantía para mejorar las relaciones del eje franco-alemán. Además de Le Pen, una eventual victoria de Jean-Luc Mélenchon es otra de las posibilidades que provocan sudores fríos a Bruselas. El izquierdista siempre ha criticado con vehemencia a la UE y solo en el último tramo de campaña ha tratado de dar marcha atrás a su propuesta de abandonarla si no se emprendían cambios en los tratados para echar atrás las políticas de consolidación fiscal, proteger la economía y las condiciones laborales en Francia. Alexis Tsipras lo intentó en Grecia poniendo al euro al borde de la ruptura. Lo último que quiere la Comisión Europea es otro desafío, esta vez con acento francés. François Fillon no cuenta con la simpatía de Bruselas. En su afán por no perder votos que irían al FN, el conservador se ha postulado en contra de abrir las puertas a la inmigración y a favor de repatriar competencias europeas, aunque no cierra las puertas a la globalización que tanto ha beneficiado a las grandes empresas. 

¿Puede sobrevivir la UE sin Francia?

Bruselas quiere creer que sí y apuesta por seguir adelante cueste lo que cueste. «Incluso si Marine Le Pen ganase las elecciones no sería el final del proyecto europeo», llegó a decir Juncker. El luxemburgués confía en que la UE sea «lo suficientemente fuerte para sobrevivir», aseguró su portavoz. Entre bastidores los funcionarios europeos no dudan en señalar que a la UE le quedaría poco recorrido si se consumase el frexit. Los expertos tienen claro que la voluntad de los 26 no sería suficiente para sostener un bloque cimentado en buena medida por París. «El alcance del proyecto europeo depende en buena medida del entendimiento entre Francia y Alemania, las dos grandes potencias europeas», explica Vivien Pertusot en un informe del Instituto Francés de Relaciones Internacionales. Sin Francia, la Unión Europea quedaría huérfana.