La CIA espió a miles de personas por sus teléfonos y televisores desde el 2013

adriana rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

PETER NICHOLLS | Reuters

Wikileaks desvela una red de espionaje y alienta las teorías conspiratorias de Trump

08 mar 2017 . Actualizado a las 19:07 h.

Los secretos de la CIA quedaron al descubierto después de que Wikileaks protagonizase la mayor filtración de documentación de la historia de la agencia. ¿Cómo espían? ¿Cuáles son sus herramientas? ¿Quiénes han sido sus objetivos? ¿Qué uso le dan a las nuevas tecnologías? Estos son algunos de los interrogantes que quedan despejados tras la filtración de la plataforma fundada por Julian Assange y que como suele ser habitual, dividirá sus entregas en varios capítulos a través de su portal Vault 7.

El primero se titula Año Cero y contiene 8.761 archivos que detallan cómo la inteligencia de Estados Unidos habría hackeado miles de dispositivos entre los años 2013 y 2016: iPhone, smartphones con sistema Android, ordenadores con Windows, televisores con Internet. Poco o nada se le resistía a esta supuesta red de espionaje centralizada y coordinada desde el centro de Ciberinteligencia de la CIA en Langley.

Dignos de James Bond

La información filtrada detalla una colección digna de cualquier entrega de James Bond en la que cientos de millones de códigos conforman un arsenal de ciberespionaje a través de virus, troyanos y sistemas de malware por control remoto que estarían utilizando hasta 5.000 hackers del Gobierno de EE.UU. de manera no autorizada y que conformarían, según la web, «su propia NSA».

Sus ataques se habrían realizado a nivel mundial. La documentación menciona uno en concreto que se habría hecho en colaboración con los espías del MI5 del Reino Unido. La herramienta fue bautizada como fake-off (falso apagado) y permitía que los televisores estuviesen permanentemente en funcionamiento, actuando de micrófono para grabar las conversaciones del objetivo y poder enviarlas después a la CIA, a través de su propia red. Cuando el dueño apagaba la televisión, esta en realidad, continuaba funcionando. En este sentido, el modelo de Samsung fue el juguete perfecto para los espías, gracias a su sistema pionero de reconocimiento por voz.

La CIA habría utilizado también los smartphones como herramienta para poder geolocalizar al objetivo, así como su cámara para grabar sus movimientos o las aplicaciones de WhatsApp, Weibo, Signal o Telegram. No había plataforma de mensajería que resistiese la capacidad a este ejército que con facilidad revocaba cualquier cifrado.

El hecho de que toda esta metodología de trabajo salga a la luz no solo pone en un aprieto a la agencia federal por sus dudosas actuaciones, sino que también daría alas a la argumentación que suele esgrimir Donald Trump sobre los topos dentro de la inteligencia estadounidense que estarían atacando sus logros.