Detenido el heredero de Samsung por el caso de la Rasputina

Sara. R. Estrella PEKÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

YONHAP | EFE

Lee Jae-yong, de 48 años de edad, está acusado de pagar sobornos a cambio de tratos de favor del Gobierno surcoreano

18 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En el guion del que ya es el mayor escándalo de corrupción de la historia reciente de Corea del Sur, los chaebol o grandes conglomerados familiares del país no se libran de las sospechas. El primero en caer ha sido Lee Jae-yong, heredero del imperio Samsung, la mayor multinacional surcoreana, que fue detenido ayer por su presunta implicación en el conocido como caso de la Rasputina, una red de sobornos y tratos de favor que llevó a la destitución en diciembre de la presidenta Park Geun-hye.

Lee, considerado uno de los hombres más influyentes del país, fue arrestado por segunda vez en un mes después de que un tribunal aceptara la petición de la fiscalía que considera que hay pruebas suficientes que lo implican en el escándalo. Primero se le acusó de aceptar sobornos y de cometer perjurio, pero los jueces desestimaron las acusaciones al considerar que no estaba justificado.

En los últimos días, nuevas pruebas han hecho que se le imputen nuevos cargos, entre ellos el de obstrucción a la justicia y de violación de la ley sobre la transferencia de activos en el extranjero. En concreto, los investigadores sospechan que el directivo, de 48 años, se valió del apoyo de Choi Soon-sil, amiga íntima de la presidenta Park y apodada la Rasputina, a cambio de que el Gobierno diera el visto bueno a una fusión entre sus filiales.

A partir de este punto, la Fiscalía puede pedir que permanezca en prisión durante 21 días antes de presentar cargos formales en su contra. Lee y otros directivos de Samsung admitieron que abonaron unos 43.000 millones de wones (35 millones de euros) a entidades presuntamente controladas por Soon-sil.

Samsung representa un 20 % de la economía nacional y la detención de su heredero ha puesto en alerta a los directivos de otras grandes empresas surcoreanas cuyos nombres estarían de alguna manera conectados con el escándalo de corrupción. Hasta 53 de las mayores compañías del país, entre ellas Hyunday y LG, están bajo la lupa de los investigadores por su supuesto papel en la trama, a la que habrían contribuido con 77.000 millones de wones (63 millones de euros).

Samsung es solo uno de los cabos sueltos del caso de sobornos, abuso de poder y tratos de favor orquestado por Choi Soon-il que contó, según los fiscales, con la complicidad de Park. La historia tiene tintes novelescos ya que Soon-il es hija de un controvertido líder de una secta religiosa de quien se llegó a decir que tenía el control «sobre el cuerpo y la mente» de la entonces presidenta.

La detención sorprende a la compañía cuando aún no recuperó la credibilidad del mercado tras el fiasco del Galaxy Note 7, su producto estrella, que tuvo que ser retirado de la venta por los casos de incendio de su batería.