Guerra de clanes en el Kremlin

La Voz MOSCÚ / COLPISA

INTERNACIONAL

SERGEI KARPUKHIN | Reuters

El ministro detenido cuando cobraba un soborno dice que es una víctima de una purga encubierta en los núcleos más próximos a Putin

16 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Hay una guerra de clanes en marcha en el Kremlin? Alexéi Uliukáyev, el ministro detenido el martes mientras cobraba un soborno de dos millones de euros, sería la primera víctima de una purga encubierta en el núcleo de poder más próximo a Vladimir Putin. Según fuentes judiciales, Uliukáyev se declaró ayer inocente y rechazó las acusaciones de corrupción. Es el funcionario de más alto nivel detenido por este delito desde que Putin llegó al poder hace 17 años.

Los indicios apuntan a un soborno de libro, pero tanta evidencia dispara las sospechas de amaño. Se da la circunstancia de que las dos empresas implicadas en la operación, Rosneft y Bashneft, son empresas estatales y que el director de la primera, Igor Sechin, es un hombre muy próximo a Putin. Por eso, son muchos los que ponen en duda que un economista del prestigio, experiencia y lealtad al Estado de Uliukáyev se vaya a aventurar a pedir sobornos a una empresa estatal que dirige un antiguo agente del KGB, como Putin, y amigo suyo desde hace décadas. «¿Nos podemos creer que Uliukáyev extorsionó y amenazó al Rosneft, como asegura el Comité de Instrucción, no es esto es como pedirle un soborno directamente a Putin»?, se preguntaba ayer en su blog le líder de la formación liberal Yábloko, Grigori Yavlinski.

A su juicio, es más plausible que el ministro fuera «castigado» por sus pronósticos. «Uliukáyev aseguró hace dos semanas que a la economía rusa les esperan 20 años de estancamiento», recordó Yavlinski. La tesis de un posible ajuste de cuentas entre distintos clanes del Kremlin en una soterrada lucha por el poder era ayer aireada por distintos analistas. Los politólogos alertan desde hace tiempo de la existencia de un enfrentamiento permanente entre liberales, como Uliukáyev, y chequistas, como Sechin.

El ministro de Economía arrestado formó parte del equipo de odiados liberales como Anatoli Chubáis, el padre de las injustas privatizaciones de los años 90, y Yegor Gaidar, el hombre que el entonces presidente, Boris Yeltsin, puso al frente del Gobierno en 1992 para llevar a cabo la demoledora terapia de choque que empobreció al país. Chubáis, precisamente, le recomendó en el 2000, con Putin ya en el poder, como viceministro de Finanzas.

«Para quienes conocemos a Alexéi Uliukáyev desde hace más de 30 años, su detención ha sido un verdadero shock», reconocía ayer Chubáis.

El ministro cesado dijo en agosto del año pasado que la economía rusa había tocado fondo y ahí se había quedado. Desde entonces, le pusieron el mote despectivo de «el buzo» dentro del Ejecutivo. El delito que se le imputa podría suponerle una pena de entre 8 y 15 años de cárcel. Sin embargo, según matizó Petrenko, la compra de acciones de Bashneft «se hizo conforme a la ley», de ahí que nadie en Rosneft haya sido acusado de nada en particular. Uliukáyev había dado ya luz verde a la transacción con anterioridad. Tampoco se ha hablado de ninguna persona concreta de Rosneft o testigo que ratificase el haber sido víctima de la supuesta extorsión del ministro. Putin le ha cesado y en su lugar ha sido designado en funciones Evgueni Yelin, que hasta ahora desempeñaba el cargo de viceministro en el mismo ministerio. Uliukáyev ha sido puesto bajo arresto domiciliario.