«Venezuela destruyó su muro de Berlín y por eso el Gobierno está tan desesperado»

Pedro García otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

La primera diputada transexual de América Latina defenderá los derechos de la comunidad gay 

21 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

En la acreditación de Tamara Adrián como diputada sale el nombre con que su madre la bautizó, Tomás. La primera parlamentaria transexual en la historia de América Latina inició su carrera política, justamente, buscando el reconocimiento a su identidad. Reconocimiento que ha chocado con todas las instancias legales de su país.

Está reconocida abogada, de 61 años, es profesora de la Universidad Católica Andrés Bello, regida por los jesuitas, y ahora se convertirá en representante de la comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) en un país donde la retórica inclusiva del chavismo no se ha convertido en hechos concretos para este grupo social, sino todo lo contrario. Señala que el 6 de diciembre «cayó el muro de Berlín venezolano» y que el reto de todos los actores políticos es propiciar el diálogo.

-¿Qué pasó en Venezuela el 6 de diciembre?

-Hace dos semanas, Venezuela destruyó el muro de Berlín virtual que nos separaba en dos modelos antagónicos. Es necesario que tendamos la mano al que estaba del otro lado, y por eso el Gobierno está desesperado, porque se cayó ese muro y está tratando de pegarlo con saliva. Si el chavismo no sabe adaptarse a esta nueva etapa democrática no tendrá futuro. Todas las encuestas mostraban que el apoyo al oficialismo entre las edades de 18 a 27 años, estaba entre 12 y 18%, mínimo o máximo, según las encuestas. A mí me gustaría que sobreviviera, pero si no es capaz de entender este reto, está condenado a desaparecer.

-Ha dicho que va a proponer temas como el del matrimonio igualitario. ¿Cómo va a introducir estas propuestas dentro de la agenda general de la Asamblea?

-No hay propuestas particulares. Esta propuesta tendría que venir de la Unidad, y las oportunidades se darán. En cada uno de los temas que están en la agenda del primer año hay aspectos que afectan a la comunidad LGBT. Por ejemplo, si se va a hablar de relanzamiento económico, la homofobia de Estado y la falta de igualdad afectan a la economía en aproximadamente un -3 % de su PIB. Y la inclusión puede afectarle positivamente en un 7 %, según cifras del Banco Mundial. Si vamos a hablar de inseguridad, hay que ver cómo visibilizamos los crímenes de odio, la discriminación, etcétera. Y, a partir de ahí, promover las leyes de igualdad. Recordemos que esa igualdad existe ya en México, Colombia, Ecuador, Brasil, Uruguay, Argentina, Chile y, ahora, se está comenzando a discutir en Bolivia. Es tiempo de que Venezuela entre en esa agenda.

-La oposición ha propuesto la ley de amnistía como una de las primeras que van a aprobar con su mayoría de dos tercios, y Maduro ya ha dicho que no la va a aceptar. ¿Qué opciones cree usted que tiene Maduro para tomar una decisión semejante?

-En la Constitución venezolana no existe el veto presidencial para una ley. El presidente, una vez presentemos la ley, tiene ocho días para hacer una de tres cosas: firmarla, enviarla al Tribunal Supremo para control de su constitucionalidad o reenviarla con sus comentarios a la Asamblea Nacional. Si la Asamblea ratifica la ley, tiene que ser promulgada y si el presidente insiste en no promulgarla, la propia Asamblea puede ordenar su publicación en la Gaceta Oficial.

-Se dice que la oposición va a copar las dos vicepresidencias de la Asamblea, además de la presidencia, para poder aprobar las leyes así. ¿Es cierto?

-Yo acepto estas cosas, pero preferiría que volvamos a la democracia y la democracia implica oír a todos. Entiendo que estamos en una situación histórica muy complicada y que ese momento que comienza a partir del 5 de enero va a implicar retos muy importantes, pero el pueblo venezolano habló para pedir la reconciliación.