Rousseff se desmarca del plan de Macri de castigar a Caracas

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

El todavía presidente electo de Argentina solo le pudo sacar a su homóloga brasileña la promesa de «observar con atención» el desarrollo de las elecciones legislativas

05 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Si pretendía salir del palacio presidencial de Planalto, en Brasilia, con un aval para llevar su ofensiva contra el régimen venezolano a la próxima cumbre de Mercosur, Mauricio Macri no lo consiguió. El todavía presidente electo de Argentina solo le pudo sacar a su homóloga brasileña, en una reunión de poco más de una hora, la promesa de «observar con atención» el desarrollo de las elecciones legislativas del domingo.

Envuelta en un torbellino a causa del «impeachment» o juicio político que se le ha abierto, la jefa del Estado brasileño se plantó ante la intención de su colega argentino de pedir que el Mercosur sancione a Venezuela por sus ataques a las libertades y la situación de los presos políticos. Macri intentó disimular el revés diciendo que, pese a lo que parece, sus posiciones no son tan lejanas. «No siento que tengamos posiciones tan encontradas», pues «ambos tenemos compromisos muy firmes con la democracia», declaró.

Para que el desplante no fuera tan rotundo, Rousseff le prometió que observarán «con atención lo que pase el domingo y los días posteriores» y analizarán el resultado del proceso electoral en una reunión que ambos tendrán el próximo jueves en Buenos Aires, en el marco de la posesión de Macri.

Claramente, es mal momento para que Rousseff distraiga su atención de la escena doméstica. La mandataria presiona para acelerar el procedimiento de «impeachment» iniciado contra ella en el Congreso y que amenaza con costar una crisis de gobernabilidad al país. La presidenta calificó de «golpe» que no se sostiene la iniciativa del titular de la Asamblea Legislativa, afirmó que se defenderá con todas las herramientas previstas en la Constitución y pidió a los brasileños que se pongan de su lado porque está en juego «la salud de la democracia».