Bruselas impone controles estrictos a los europeos que entren en la UE

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

PASCAL GUYOT | AFP

Revisará el tratado de Schengen para detectar yihadistas en las fronteras

21 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Francia acudió ayer a la reunión de ministros de Justicia e Interior en Bruselas con una consigna muy clara tras los atentados de París: pasar de las palabras a los hechos. «Hemos esperado demasiado tiempo a tomar medidas urgentes», lamentó el ministro galo, Bernard Cazeneuve, para quien algunos de los ataques terroristas que ha sufrido la Unión en los últimos dos años se podían haber evitado si se hubiesen puesto en marcha las tres medidas principales que ayer decidieron impulsar sus homólogos reunidos en el Consejo. Ahora falta que las cumplan. «La reacción colectiva debe ser implacable. Hay que dejarse de promesas, porque si no Europa se echará a perder», advirtió. ¿Qué cambiará a partir de ahora?

Controles a europeos. Se acabaron los controles aleatorios en las fronteras externas basándose en los denominados «perfiles de riesgo». La UE ha pedido a la Comisión que revise el código de Schengen para establecer controles estrictos y sistemáticos en la entrada a territorio comunitario a partir de marzo del 2016. La medida también abarca a los ciudadanos europeos, que hasta ahora gozaban de libertad de circulación. Todos los documentos de viaje de las personas que intenten cruzar a la UE desde terceros países serán sometidos a un chequeo biométrico. Se cruzará la información con las bases de datos nacionales, europeas (SIS II) y de la Interpol para verificar la identidad del individuo y seguir el rastro a los yihadistas europeos a su regreso de Siria o Irak.

Registro de pasajeros. Tarde, pero llega. El controvertido PNR, o registro europeo de pasajeros, estará listo antes de que termine este año. El Consejo y el Parlamento Europeo pondrán fin a las disputas que han provocado años de retrasos en su puesta en marcha. Queda por saber si la Eurocámara cederá a las presiones de los países europeos que exigen recopilar los datos de los pasajeros de todos los vuelos, incluidos los de dentro de la Unión. Además, la UE quiere alargar a un año el período de tiempo en el que los datos estén disponibles para su consulta por parte de los servicios de inteligencia sin necesidad de órdenes judiciales. «Una cosa es la libertad de circulación de ciudadanos y otra la libertad de circulación de ciudadanos anónimos, sobre todo cuando pueden ser presuntos terroristas», defendió ayer el ministro de Interior Jorge Fernández Díaz. Cazeneuve insistió en la urgencia. «Francia lleva más de año y medio pidiendo estas medidas, no podemos esperar a que se produzca otro drama», advirtió.

Armonización legal. En donde no ha habido obstáculos es en la propuesta de armonizar las 28 legislaciones para prevenir actos terroristas y sancionarlos con mayor dureza de ahora en adelante. En el terreno de la prevención se hace especial hincapié en la detección y control del tráfico de armas. La Unión tendrá un estándar común para la desactivación de las armas de fuego y se reforzará la vigilancia en las fronteras con los Balcanes, de donde provienen buena parte de los arsenales. La armonización también se aplicará a la tipificación de actos terroristas y sus condenas.

Una CIA europea

La propuesta más novedosa que ayer salió a relucir se quedó fuera de la agenda. El comisario de Migración, Dimitris Avramopoulos, quiso dejar su huella tras la cita con los ministros y anunció que Bruselas trabajará en la creación de una agencia de inteligencia europea. «Sería algo ideal», aseguró.  España recibió la propuesta con optimismo: «No hay que cerrar las puertas a su creación», aseguró Díaz. Francia adoptó una postura más pragmática: «No queremos plantearnos conceptos para mañana. Hay que actuar ya y ser prácticos. Es necesario que los servicios secretos nacionales alimenten juntos las bases de datos de Schengen», indicó.

Reproches por no compartir información

«Las lagunas son patentes, es lamentable», aseguró ayer el ministro del Interior luxemburgués, Etienne Schneider. Se refería al nivel de cooperación entre los servicios secretos de los 28, muy reacios a compartir de forma multilateral información sobre sospechosos yihadistas. El coordinador antiterrorista de la UE, Gilles de Kerchove, reconoció ayer que solo cinco países proporcionan la mitad de la información que recibe Europol sobre combatientes exteriores. Alemania asegura que solo funciona el sistema de intercambio con Holanda, Francia y Bélgica, pero Fernández Díaz se incluye en el grupo. «España está en el conjunto de los cinco países más avanzados en intercambio de información de la UE». 

Pero incluso entre quienes son más activos, surgen disputas. En la última semana, se puso en duda la eficacia de los servicios secretos belgas, que no dieron la voz de alarma sobre los terroristas sospechosos que llevaban meses vigilando. Para evitar más reproches, los europeos se han comprometido a conectar todas las bases de datos nacionales  y europeas para intercambiar información sobre los «combatientes extranjeros», de forma que se les pueda seguir la pista a medida que circulen por la UE. También se volcarán los datos en el sistema de registro europeo de antecedentes penales, donde también se almacenarán las fuentes de huellas digitales para poder detectar de forma inmediata a cualquier sospechoso. En este programa también se quieren incluir a terceros países. Las herramientas existen, pero los países deben superar los recelos. Será difícil: «El intercambio de información entre servicios de inteligencia es muy sensible. Nunca sabes si acabará en manos de terceros», admitió Díaz.