¿Mujeres en primera línea de la yihad?

Mariluz Ferreiro REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

La immolación de una kamikaze en París plantea si el EI da otro rol a las féminas

19 nov 2015 . Actualizado a las 15:54 h.

La barbarie del Estado Islámico cruza otra frontera. Hasna Aitboulahcen, la radical que se inmoló en Saint-Denis durante la operación policial desarrollada en París, es la primera mujer kamikaze que actúa en Europa occidental. Se reabre un debate que ya planteaban los expertos: ¿Han pasado las mujeres a la primera línea del terrorismo islamista? El salafismo las relega al papel de esposas y madres. Pero el documento Las mujeres del Estado Islámico de la investigadora Carola García-Calvo, recoge un manifiesto elaborado por Al-Khansaa, brigada femenina del EI, que señala tres casos que justifican la salida del hogar: si estudia teología, si ejerce como doctora o profesora y si se proclama una fatua que la obligue a luchar, «como sucedió en Irak y en Chechenia». Dabiq, revista del califato, indica que «la yihad no es obligatoria para las musulmanas», pero que ellas deben defenderse si son atacadas.

Las suicidas

Las viudas de Chechenia. El analista de geopolítica Pedro Baños recoge que el primer caso documentado de una terrorista suicida que ataca con explosivos es el de una joven libanesa de 17 años que se inmoló ante un convoy israelí en 1985. El modus operandi se ha repetido en otros países, pero la denominación «viudas negras» llegó a principios de la pasada década con los atentados de las extremistas chechenas. La mayoría son mujeres que han perdido a algún familiar a manos de las tropas rusas. «Levantan menos sospechas que un hombre y causan mucho más impacto psicológico», explicaban hace años responsables de seguridad de Rusia. Las yihadistas participaron en el secuestro de rehenes en el Teatro Dubrovka de Moscú el 2002, que acabó con la vida de 130 personas, tomaron parte en la matanza del colegio de Beslan, en el 2004, con más de 350 víctimas, y segaron 38 vidas en el metro moscovita. En los últimos tiempos Boko Haram, que juró lealtad al EI, se ha especializado en una triste variante: las niñas kamikazes.

La colonización

Cada vez más reclutamientos. Con el Daesh se han disparado las cifras de europeas que abrazan la causa radical. Son 550, el 13,75 % del total de los combatientes que exporta Europa occidental. El informe sobre la movilización yihadista realizado por el Real Instituto Elcano detalla que una de cada diez personas que abandonan el territorio español para incorporarse al EI es una mujer. La estadística dice que probablemente ha sido radicalizada en las redes sociales y captada por un varón (su pareja u otro familiar). Además, es cada vez más joven. La media de las detenidas por yihadismo en España está en 22,7 años. A ellas les corresponde apoyar a sus esposos y «criar leones que no tengan miedo a la guerra». Sus hijos, musulmanes de nacimiento, repoblarán Irak y Siria bajo la ley de la sharia. García-Calvo apunta en sus conclusiones que hay «un buen número de solteras que pretenden casarse con un muyahidín» y que el califato les ofrece un territorio controlado para desarrollar esa nueva vida, algo que no garantizaba Al Qaida.

La presencia mediática

Revistas y redes. Olga Torres Díaz destaca en su trabajo para el Instituto Español de Estudios Estratégicos que «la presencia de la mujer en las herramientas de propaganda del EI ha sido casi inexistente hasta este año y es un reflejo de su restringido papel que se le atribuye». Pero en febrero los medios radicales publicaron una entrevista a Hayat Boumedienne, viuda de Amedy Coulibaly, el autor de la masacre en la tienda judía de París. Y abrieron la sección Para nuestras hermanas. Torres cree que estos textos, con abundantes referencias al Corán, van dirigidos a las mujeres del Golfo, y que los mensajes de las redes sociales son para extranjeras.

Los símbolos

Vivas y con nombre propio. Algunas radicales han adoptado un papel protagonista. La británica Samantha Lewthwaite, la Viuda Blanca, es considerada una de las responsables de las matanzas de Al-Shabaab en África. La marroquí Fatiha Mejjati es otro símbolo. Su marido y uno de sus hijos murieron luchando con Al Qaida en Afganistán y ella se unió al EI. Muy activa en las redes sociales, amenazó a Francia e insultó a Obama antes de que cerraran su cuenta de Twitter.