Otro xenófobo al poder

Carlos Ocampo REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

SCANPIX DENMARK | Reuters

La Europa rica del norte se inclina hacia la derecha populista, mientras que los vecinos del sur prefieren virar a la izquierda

20 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Los resultados de las legislativas de Dinamarca constatan una tendencia que se extiende, en direcciones opuestas, por todo el Viejo Continente: el auge de los partidos populistas.

Kristian Thulesen Dahl se convirtió en el gran triunfador de las elecciones al aupar a su formación, el ultraconservador Partido Popular Danés (DF), a la segunda posición tras colocar la xenofobia en el centro del debate electoral. Si el liberal Lars Loekke Rasmussen forma Gobierno, será a pesar del descalabro electoral y gracias al apoyo de Thulesen Dahl. No es fácil predecir si el ultraconservador estará en el nuevo Ejecutivo, a pesar de sumar más diputados que Rasmussen. Su política, que ya fue determinante en el período liberal-conservador 2001-2011, podría volver a consistir en garantizarse un papel de árbitro que le permite descolgarse de los impopulares ajustes económicos y anotarse los éxitos de las políticas antiinmigración, cuya demanda aumenta entre los «daneses étnicos», un término que los xenófobos han logrado popularizar para distinguirse de «los otros daneses».

Pero Dinamarca se convirtió el jueves no en otra cosa que una pieza más del puzle xenófobo y euroescéptico que empieza a encajar en el norte de Europa. La península escandinava ya forma parte de él. El líder de los Verdaderos Finlandeses, Timo Soini, es el nuevo ministro de Exteriores, tras convertir su formación en llave del poder. En Noruega, gobernada por la conservadora Erna Solberg, la populista Siv Jensen gestiona las finanzas. En Suecia, aunque, aislados por los demás partidos, carecen de poder de decisión, los Demócratas se convirtieron en la tercera fuerza del país.

El euroescepticismo permitió al UKIP de Nigel Farage repetir el éxito de las europeas del 2014 en el Reino Unido en mayo. Pasó del millón y medio a los cuatro millones de votos, aunque se tuvo que conformar con un parlamentario. Algo parecido le sucedió a Marine Le Pen, que logró un avance histórico del Frente Nacional (FN) en las últimas municipales de Francia, aunque la segunda vuelta deslució los resultados. Eso sí, tanto el UKIP como el FN han logrado formar sendos grupos en el Parlamento Europeo. El de Le Pen cuajó finalmente esta misma semana, gracias al apoyo del islamófobo holandés Geert Wilders y de la italiana Liga Norte, entre otros.

El sur

En el núcleo de muchos discurso ultraconservadores está el debate griego. Los europeos ricos del norte rechazan la situación a la que ha llevado al país Syriza. El sur, que soporta el mayor peso de la inmigración, mira a la izquierda también en España y en Italia, que en las últimas regionales vio cómo el Movimiento 5 Estrellas se situaba en segundo lugar.